Quintana Roo / Riviera Maya

Árboles de jícara en peligro de extinguirse; comunidades mayas en José María Morelos hablan sobre su escasez

El árbol casi se extingue en las comunidades mayas; sólo las abuelitas continúan cultivándolo.
El utensilio es común para colocar bebidas, pero su preparación es un arte que las nuevas generaciones ya no replican / POR ESTO!

En diciembre y enero las mujeres de las comunidades mayas, sobre todo las abuelitas, suelen bajar los frutos de la jícara (crescentia cujete), para cortarlos, retirar la pulpa, rasparlos y secarlos, a fin de que se conviertan en recipientes útiles para preparar y tomar el pozole, el atole o el tradicional pinole.

Sin embargo, Elide Canul Xool, una morelense de 86 años, esa tradición se está perdiendo porque actualmente casi nadie tiene el árbol en su predio.

Con actividades que reflejan los usos y costumbres locales, los niños aprenden a valorar las tradiciones

Noticia Destacada

Escuelas preescolares de Lázaro Cárdenas fomentan las tradiciones e identidades culturales

Expuso que el fruto se corta de manera vertical, no horizontal como algunas mujeres jóvenes lo hacen, porque la misma jícara tiene la huella natural del corte que debe llevar.

Una vez que se corte, ambas partes se sumergen en agua caliente preparada con cal hidratada y se dejan ahí unos 20 minutos; después, se sacan y se les quita la pulpa blanca y gelatinosa.

Puntualizó que la jícara se lava con hoja de ciricote y no con estropajo, para mantener la blancura en su interior.

Actualmente fue desplazado por el plástico, aunque contamina / POR ESTO!

Luego cada pedazo se unta con cal hidratada y se debe raspar lo que queda de esa pulpa con un pedazo de taza, pues no se puede raspar con cuchillo porque no queda bien, dijo.

Posteriormente se pone a secar, y al día siguiente se vuelve a raspar después de remojarlo en agua con cal hidratada, y así se trabaja durante unos 10 días, expuso.

Señaló que una vez terminado el proceso se va tener una jícara blanca por dentro y café por fuera, sin ninguna mancha que la afee en el interior, porque las jícaras con manchas no se utilizan, se tienen que tirar.

Manifestó que la limpieza de las jícaras se hace entre diciembre y enero, porque de lo contrario el fruto se seca y cae del árbol y ya no sirve, pues la pulpa se seca por dentro y ennegrece.

Hace poco más de 4 años, Antonio May comenzó a hacer artículos que vende en el parque de su pueblo

Noticia Destacada

Artesanías de madera, un arte y fuente de ingreso en Holbox

Canul Xool recordó que, hasta hace unos 40 años, para estas fechas las mujeres empezaban a bajar las jícaras, porque casi todas las familias tenían ese tipo de árbol en sus predios; sin embargo, ahora casi nadie tiene.

Interrogada sobre si ella vende las jícaras que limpia, la abuelita dijo que no, que se las regala a sus hijos, porque algunos todavía la usan para tomar su pozole y su atole de masa.

Comentó que el árbol echa flores agosto y el fruto sazona, por eso para este mes se debe bajar para cortarlo y limpiarlo.

Las familias aseguran que casi ya no hay árboles de dicho fruto / POR ESTO!

De acuerdo con Manuel Pool Chalé, del Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán, “la jícara ha tenido por mucho tiempo interesantes usos domésticos y ha representado un beneficio económico importante para muchas familias de la Península de Yucatán”.

Señala que en la actualidad tanto su uso como su beneficio económico se han ido perdiendo por el uso masivo del plástico, a pesar que es contaminante.