El paso del Huracán Beryl todavía ha dejado su huella: en la entrada de acceso al balneario de la calle 72, que es conocida como Playa para perros. Tiene hoyancos que no han podido ser rellenados porque la misma naturaleza ha intervenido con el rebosamiento del agua del pantano, que invade pequeños espacios del camino de terracería.
Las últimas precipitaciones pluviales que cayeron a inicios del mes de julio, y la llegada del meteoro que pegó a la Península de Yucatán, fue la cereza del pastel que generó que el agua que está en el manglar del área verde conocida como Chen Zubul anegara el camino de terracería de la Playa 72.
El extenso manglar, que abarca buena parte del litoral de la colonia Luis Donaldo Colosio, ayuda a que estas áreas de arenales se mantengan más limpias: porque el espacio es más restringido a las playas. Los ciudadanos de este barrio popular tienen la entrada de acceso por el camino de la hoy conocida “Playa para perros”.
El monte y manglares que están en Chen Zubul son la mejor barrera natural contra los huracanes; en este caso, se puede apreciar que el Huracán Beryl --que disminuyó en su fuerza al tocar suelo playense como categoría 2-- sí generó cambios en el entorno natural de este balneario.
Al respecto, los trabajadores de la zona de playas adjuntos a la Zona Federal Marítima Terrestre y a la Secretaría de Medio Ambiente del municipio de Solidaridad, informaron para diario Por Esto! que el hoyanco que está a menos de 40 metros del inicio de la Playa 72 se originó porque la arena fue absorbida por la tierra.
“Apenas están averiguando en qué área la arena desapareció, se presume que esto tenga que ver con el desagüe que se dio en todos los cenotes del litoral. Fue cuando en las playas y mares se veían los borbotones de agua dulce saliendo al océano, como lo hace cualquier otro río”, dijo una colaboradora.
Este enorme hueco, que hay en el camino de terracería de la Playa 72, colinda con el agua del manglar que está a los costados: buena parte de este líquido ha quedado estancado. Mientras que los bañistas y extranjeros residentes tienen que caminar con cuidado para poder bordear el hueco y no caer en él.
Asimismo, los escurrimientos del agua del manglar han dejado un perímetro fangoso que hace desagradable el poder transitar; entonces los visitantes pisan sobre piedras para poder cruzar. Cabe destacar que el olor fétido que se percibe a lo largo del camino de terracería de la Playa 72.
Se debe a la llegada de las lluvias que vinieron con el huracán, de acuerdo a lo que informan los empleados de esta área: como de la playa Punta Esmeralda; donde aunado a los desechos naturales que arroja la fauna, el manglar poco a poco irá desechando los desperdicios y liberándose de este mal olor.
FAR