Las lluvias que se han registrado están ocasionando la salida de la chinche besucona, también conocida como pic, que causa el mal de Changas, por lo que la Coordinación de Vectores exhortó a los habitantes a mantener limpios sus patios y no matar al insecto, sino capturarlo y llevarlo a las oficinas de la dependencia de Salud, a fin de que se envíe al laboratorio para sus análisis y, dependiendo de los resultados, determinar si se realizará la fumigación del sitio y se dará atención médica a las personas que pudieran estar infectadas, dijo Clemente Chooc, titular de la dependencia.
En algunas viviendas se han detectado hasta tres chinches, por ello se exhortó a las familias que acudan al área de Epidemiología para hacerse análisis y determinar si no están infectados.
El funcionario sostuvo que el mal se transmite principalmente por contacto con las heces o la orina infectadas de estos insectos, más que por la mera picadura; por ello se recomienda mantener limpias las camas, evitar acumulación de ropa, cartones y todo lo que pueda considerarse basura.
El insecto se alimenta de sangre de animales o personas, y por lo general vive en las grietas de paredes, tejados de casas y estructuras circundantes, como gallineros, corrales y almacenes, en zonas rurales y suburbanas. Normalmente, permanecen ocultos durante el día y entran en actividad por la noche para alimentarse.
Pican en zonas expuestas de la piel, como la cara y defecan u orinan cerca de la picadura, esto provoca que los parásitos penetren en el organismo cuando la persona se frota instintivamente.
La enfermedad tiene dos fases: la aguda inicial dura unos dos meses tras la infección. Aunque un gran número de parásitos pueden circular en la sangre, en la mayoría de los casos no aparecen síntomas o estos son leves, como fiebre, dolor de cabeza, ganglios linfáticos inflamados, palidez, dolor muscular, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico.
Con menor frecuencia, las personas picadas sufren una lesión cutánea o la hinchazón amoratada de un párpado.
Puede ser mortal
Durante la fase crónica, que ocurre entre 10 y 30 años después de la infección, los parásitos permanecen ocultos, principalmente en los músculos del corazón y aparato digestivo, lo que provoca que el 30 por ciento de los pacientes sufra trastornos cardiacos y el 10 por ciento, alteraciones digestivas, neurológicas o mixtas.
Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias o insuficiencia progresiva, como consecuencia de la destrucción del sistema nervioso y el músculo cardiaco.
En caso de hallar un insecto en casa, Chooc insistió que no debe matarse, sino capturarlo y llevarlo al Área de Vectores, donde se canalizará su entrega a laboratorio para determinar si se encuentra infectado, a fin de comenzar las acciones sanitarias en el domicilio y atender a los habitantes.
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Comentó que ya se han tenido reportes y al menos en un domicilio se han capturado tres de estos insectos, lo que abre la posibilidad de que ocurra una invasión, por lo que se procederá a enviarlos a laboratorio. En tanto, los integrantes de la familia deberán acudir a un chequeo en Epidemiología para descartar afectación por el mal.
La primera línea de defensa contra el mal de Chagas son las zarigüeyas, tlacuaches o “zorros”, como se les conoce en la Península de Yucatán, pues se alimentan del pic, lo que ayuda a reducir su índice poblacional.
Sin embargo, los tlacuaches son atacados por su aspecto, o porque la gente cree que transmiten la rabia, lo que es falso, pues su temperatura corporal es baja para hospedar cualquier virus.
Por ello se pide a la población cuidar a estos animales, por su importancia ecológica como controladores de plagas y para la medicina, pues de su sangre se puede sintetizar suero contra las mordeduras de víboras.
GC