
La isla enfrenta una crisis en sus servicios de emergencia, particularmente con el número de emergencias 911, que ha demostrado ser ineficaz en situaciones críticas. La demora en la respuesta a llamadas de auxilio generó preocupación entre los habitantes, quienes reclaman que el sistema pone en riesgo la vida de las personas.
En un incidente reciente, un grupo de jóvenes tuvo que hacer tres llamadas al 911 durante una riña, esperando más de 45 minutos para que llegara una patrulla. Este caso no es aislado; la falta de respuesta oportuna del 911 se repite constantemente, especialmente en noches y madrugadas.
La creación del C-2 en la pasada administración municipal buscaba mejorar la coordinación de las llamadas de emergencia, pero en lugar de resolver el problema, se invirtió en infraestructura que no ha suplido las necesidades actuales de Cozumel.
Los policías perdieron su dormitorio para dar paso a este proyecto, lo que ha afectado sus condiciones laborales. Lo que realmente se necesitaba era aumentar las líneas telefónicas y el personal en el C-5, el centro de emergencias que ha quedado obsoleto.

Anteriormente, la administración pasada anunció una inversión de más de 12 millones de pesos en el C-2, pero esta no ha sido suficiente para mejorar la eficiencia del sistema. El C-5, desde su creación, no ha recibido la inversión necesaria para atender las demandas de una isla en constante crecimiento.
Los testimonios de los ciudadanos son contundentes. En un caso, una persona sufrió un ataque de tos que le cerró la garganta y, a pesar de las llamadas al 911, nunca recibió respuesta. Otro incidente reportado fue el de una persona atropellada frente al Mamitas Beach Club, quien esperó más de 20 minutos sin recibir atención médica a pesar de las llamadas de auxilio al número de emergencia.
Además, denunciaron un ataque de perros a un venado en la zona industrial de Cozumel, donde el 911 nunca respondió a los llamados de auxilio. Estos incidentes resaltan la urgencia de mejorar el sistema de emergencias para garantizar la seguridad y el bienestar de los habitantes de la isla.
Habitantes de la comunidad exigen una respuesta inmediata de las autoridades para abordar esta situación crítica. La vida de las personas depende de la eficiencia de los servicios de emergencia, y es imperativo que se tomen medidas urgentes para evitar más tragedias.