La riña registrada la tarde del pasado viernes en la avenida Bonampak, entre conductores de la plataforma Uber y taxistas del sindicato “Andrés Quintana Roo”, hasta el momento no genera el inicio de alguna carpeta de investigación ante la Fiscalía General del Estado (FGE), pues ninguna de las partes denunció la agresión por daños o lesiones.
Al parecer, la movilización de más de 50 elementos de la Policía Municipal y de la estatal, así como agentes de la Dirección de Tránsito y personal del Instituto de Movilidad de Quintana Roo (Imoveqroo), no tendrá ningún tipo de sanción, pues hasta el momento el Ministerio Público no cuenta con ningún expediente, lo que da pie a creer que en cualquier momento puede generarse un conflicto mayor entre ambos grupos de transportistas, que podría derivar en hechos sangrientos.
Y es que, de acuerdo con fuentes de la Fiscalía General del Estado, ninguna persona se presentó a denunciar señalando que sea conductor de la aplicación de transporte o del sindicato antes referido; además, que los agentes de la Policía Ministerial no fueron requeridos en el lugar de la riña, por lo que oficialmente la Fiscalía General del Estado no tuvo conocimiento del caso.
La trifulca que tardó alrededor de una hora en controlarse, tuvo lugar sobre la avenida Bonampak a unos metros del cruce con la avenida Francisco I. Madero, mejor conocida como Ruta 4, a la altura del deportivo “Candelario Lira”, en la Supermanzana 74, luego de que el personal del Imoveqroo paró a un conductor de Uber para una inspección y quisieran retener su vehículo.
Lo antes referido se dio luego de que supuestamente un socio taxista pidiera el servicio, para luego señalar al conductor de la plataforma, modus operandi que en reiteradas ocasiones ha sido denunciado por los choferes de Uber; luego de la detención, se dio un primer conflicto con el personal del Instituto de Movilidad, y después llegaron más personas de las dos partes.
Ante la mirada de decenas de personas que pasaban por el lugar, tanto choferes de Uber como taxistas tenían un jaloneo, empujones e insultos, hasta casi una hora después que las autoridades lograron controlarlos para luego llegar a un acuerdo y bajar el vehículo de la aplicación móvil, que ya tenían subido en una grúa.
Fue así como las autoridades calmaron los ánimos de los involucrados, quienes poco a poco después comenzaron a retirarse, liberando la circulación que se vio bloqueada, afectando, además, a cientos de ciudadanos que quedaron atrapados en el tráfico por más de una hora.