En las fronteras Norte y Sur de México surgen escuelas para los niños migrantes en un esfuerzo para que no pierdan su derecho a la educación tras meses a la deriva en medio de las restricciones migratorias.
En Ciudad Juárez, en el límite de México con Estados Unidos, cientos de menores de edad de Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras e, incluso, del sur de México, siguen estudiando el nivel básico desde septiembre pasado en la escuela primaria Pascual Ortiz Rubio.
"Los niños son certificados, para que sigan sus estudios a donde vayan, a Estados Unidos o su país de origen", declaró a EFE Dora Espinoza, directora del plantel educativo.
"Lo primero que hicimos fue sensibilizar al personal, pero para nosotros fue una sorpresa agradable que los niños que vienen del extranjero no están tan atrasados educativamente, se adaptan fácilmente en clases, ellos tienen otra perspectiva de la vida y se trata de aprender de ellos", agregó.
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AN