En medio del turquesa mar Caribe, cerca de la costa de Belice, se encuentra el imponente y enigmático Gran Agujero Azul, una maravilla subacuática que ha cautivado a científicos y turistas por igual. Este sumidero natural, con un diámetro de 300 metros y una profundidad de 125 metros, es uno de los más profundos y fascinantes del mundo.
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Recientemente, una expedición liderada por el empresario Richard Branson y el explorador Fabien Cousteau, nieto del legendario Jacques Cousteau, se aventuró en sus profundidades utilizando tecnología avanzada. El objetivo era desentrañar los misterios ocultos en este colosal agujero submarino y entender mejor su estructura y origen geológico.
¿Dónde se ubica?
El Gran Agujero Azul se sitúa a unos 64 kilómetros de la costa de Ciudad de Belice, dentro de la Reserva Marina del Atolón del Faro, en el sistema de la Barrera de Arrecifes de Belice, el segundo arrecife de coral más grande del mundo. Este sitio no solo destaca por su tamaño y sus profundas aguas azul oscuro, sino también por el rico ecosistema que lo rodea.
Historia y exploración
La formación del Gran Agujero Azul se remonta a decenas de miles de años, cuando era una cueva terrestre que quedó sumergida tras el fin de las glaciaciones y el aumento del nivel del mar. Fue explorado por primera vez en la década de 1960 por Jacques Cousteau, quien lo declaró uno de los diez mejores sitios de buceo del mundo. Desde entonces, ha sido un desafío y un misterio geológico para la ciencia.
Las investigaciones han revelado que el sumidero tiene tres capas distintas. La primera está compuesta por aguas claras y ricas en vida marina. La segunda, una capa de sulfuro de hidrógeno, sumerge todo en la oscuridad y detiene la vida a partir de ese punto. La tercera capa, en el fondo, conserva restos y formaciones geológicas casi intactas desde hace milenios.
Esto es lo que oculta el Gran Agujero Azul
Durante la reciente expedición, los exploradores observaron que a medida que descendían, el agua se volvía cada vez más oscura hasta llegar a la capa de sulfuro de hidrógeno, un gas que bloquea la luz y priva de oxígeno a las zonas inferiores. Entre los hallazgos, encontraron estalactitas en las paredes de cuevas sumergidas, prueba de que el agujero fue una caverna seca en la prehistoria. También descubrieron restos modernos como una botella de vidrio y una cámara GoPro, evidencia de la contaminación humana. Sin embargo, el descubrimiento más impactante fue el de dos cuerpos humanos, posiblemente buzos que no lograron salir a la superficie.
Esta expedición no solo aportó nuevos datos científicos sobre el Gran Agujero Azul, sino que también subrayó la creciente amenaza de la contaminación humana en los océanos. El hallazgo de cuerpos humanos y residuos modernos resalta los peligros y la responsabilidad que tenemos en la preservación de estos entornos naturales.
Un legado geológico
El Gran Agujero Azul sigue siendo una cápsula del tiempo, ofreciendo una ventana a la historia geológica de la región y un recordatorio de la fragilidad de nuestros ecosistemas marinos. A medida que continúan las exploraciones, cada inmersión nos acerca más a desentrañar los misterios de este impresionante sumidero.
JGH