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Piedras en los riñones, problema alarmante en Yucatán

En ningún otro Estado del país se padece un problema de piedras en los riñones como en Yucatán, al grado de ser las “peores y más grandes de México”.

Para el sector médico el Estado significa “la mata de aprendizaje e investigación” por este severo problema que azota a un elevado porcentaje de la población, que incluye a niños y adultos mayores.

El 35 por ciento de los casos de piedras no presentan síntomas; de ahí la importancia de la prevención.

“La litiasis es lo mismo que cálculos y para fines prácticos de piedras en los riñones y es un problema endémico de la península; mucha gente puede padecerlo sin saberlo y es una enfermedad que no respeta edad ni origen ni estatus económico y mucho menos sexo.

“Es urgente hacer campañas de conciencia para la detección oportuna; no habrá recurso que alcance para atender el problema que no se soluciona con eliminar las piedras a través de operaciones; debemos ir al origen, qué come o bebe la población de Yucatán que origina las piedras, porque el que las tiene le transforma la vida, emocional, productiva, laboral y les consume mucho dinero”, explicó Eduardo Cruz Nuricumbo, jefe de servicio de endourología y jefe de la clínica de litiasis (con apenas 2 años de funcionamiento) del Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán.

De acuerdo con información del hospital, 7 de cada 10 consultas de la Clínica de litiasis es por piedras; en el 2017 se realizaron 2,500 consultas, 500 cirugías y han detectado que el 30 por ciento de los pacientes que fueron operados, regresan después de 5 años con más piedras, porque reinciden y busca aliviar los dolores y molestias con otra cirugía.

Dimensiones

Las piedras amorfas, con olores y de diferentes colores, se forman en los riñones de la población, ya sea niños o adultos mayores, y afectan el funcionamiento de esos órganos que son los filtros de lo que el ser humano come y bebe.

Si no se recibe la atención médica para eliminarlas, entonces el trabajo que hace el riñón debe ser sustituido, y si no es atendido, puede desencadenar en un problema crónico que deriva en la muerte.

En el Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán la principal causa de consulta son las piedras y de acuerdo con estudios no muy recientes, muestran incidencias de piedras en riñones de hasta en 13 por ciento de la población, cuando el promedio nacional es de 7 a 9 por ciento.

“Yucatán se cuece aparte, aquí hay casos de litiasis o piedras desde niños, hasta adultos mayores; se cuece aparte porque son piedras grandes, es decir, arriba de 2 centímetros y les llamamos cálculos coraliformes, son como corales; el 70 por ciento de las piedras aquí son coraliformes y el resto son piedras pequeñas, cuando en otras regiones es al revés, el 70 por ciento son piedras pequeñitas; hay mucha incidencia en la región y con piedras muy complejas y grandes, son horribles. Es un problema tan grande y poco estudiado, que ya se realizan análisis hasta genéticos”, dijo.

Agregó que en los últimos 4 años en el hospital se imparten cursos para que urólogos de otros Estados y países vengan a prender casos complejos en cualquier parte del país, pero que aquí son un problema diario.

Cómo detectarlas

La gravedad de la litiasis es que puede no presentar síntomas; es por ello la urgencia de hacer campañas de sensibilización para realizar estudios de orina cada 6 meses, que permitan monitorear a la población, tal y como se realiza con la detección oportuna de cáncer en mama o en cuello cérvico uterino.

“El análisis de la orina nos permite ver en microscopio si hay células, bacterias o rasgos de las piedras; eso no se puede ver a simple vista, por esos son necesarios los estudios de orina y con esto podemos prevenir”, dijo.

En los casos con síntomas se puede identificar un problema de piedras cuando al “wishar” o al orinar hay mal olor, la pipí es muy amarilla, turbia, con rasgos de sangre y hasta arenosa; todos estos síntomas son de alarma y es necesario acudir al médico.

Debido a que el problema no presenta síntomas, es posible que las piedras alcancen niveles “escandalosos” como los que mostraron a la lente de Por Esto!, las cuales se formaron al paso de 5 a 10 años en los riñones sin haber presentado síntomas, hasta que hubo infección en vías urinarias.

“El grandísimo problema es que la gente no llega sabiendo que tiene piedras y pudo evitarlas, sino que llegan creyendo que su problema es una infección en vías urinarias, cuando eso es un síntoma de que tiene piedras.

“Hemos visto que en la mayoría de nuestros pacientes hay poco acceso a la salud, porque los complejos de salud son atendidos por foráneos; por lo tanto, la atención no es oportuna y cuando llegan acá es con un problema muy avanzado”, dijo.

Médicos generales a capacitación

Cruz Nuricumbo reconoció que los médicos generales no reciben capacitación para detectar los síntomas o pedir de manera sistemática los análisis de orina cada 6 meses, por lo que es necesario que todo el sector salud en su conjunto haga un esfuerzo por educar y orientar a los médicos generales para solicitar los análisis y aprender a detectar los casos.

Con esta medida los pacientes podrán tener de primera mano la información para detectar y resolver el problema: “los médicos generales deben hacer preguntas sobre la orina, sobre el color, olor, si hay dolor, en fin, todo lo relacionado para poder detectar y sobre todo solicitar los análisis de orina”.

Cruz Nuricumbo se mostró preocupado ante el problema, porque las piedras se están presentando en la población en edad productiva, principalmente mujeres que dejan de trabajar, que les resulta costosa la cirugía a pesar del Seguro Popular y que “el problema de la piedra no se resuelve con la cirugía para quitarles el riñón, porque genera serias consecuencias y deterioro emocional, económico y físico; el hospital está preparado para el problema, se tiene la tecnología de primer mundo para el problema, hay capacidad humana, pero el problema se resuelve con la prevención”, dijo.

¿Qué debemos hacer?

Juan Pablo Flores Tapia, director médico y jefe de la División de Urología y Nefrología del Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península, recordó que este problema se detecta en prácticamente todos los hospitales de importancia, como el O´Horán, el Corea de México, en el ISSSTE y el IMSS, por lo que es necesario prevenir.

Los médicos Cruz y Flores, acompañados por Mario Basulto Martínez, primer residente con especialidad y maestría en la materia, así como las nutriólogas Karina Franco Tintoré, Diana Paola Toral Trinidad y Ana Lucía Castellanos Mantecón, apoyados por el residente José Enrique Espinoza Aznar, explicaron que el problema “aparentemente” se entiende entre los pacientes, pero no modifican su hábitos de alimentación y bebidas.

“Los dejamos limpios de piedras, después de las cirugías, pero reinciden y sí les explicamos que no deben comer con mucha sal, sólo deben tomar agua, muchas frutas y verduras, evitar las carnes rojas, pero reinciden y después de 5 años de operados, el 30 por ciento regresa; entre colegas conocemos tenemos reconocida la zona como la de más piedras y por eso vienen a aprender y ver cómo resolverlo. Yucatán es la mata de las piedras. Se ha mostrado el problema a nivel mundial”, dijeron.

Explicaron que las piedras se forman por la suma de sales, por lo que es necesario ayudar al organismo tomando agua, ya sea natural o de frutas (limón, naranja, mandarina, lima, chaya) comer frutas y verduras.

No tomar refrescos con gas o embotellados, evitar la sal, los alimentos condimentados y realizar los estudios de orina de manera frecuente.

Causas

Aunque este problema de salud es alarmante y requiere de acciones preventivas urgentes, aún no se tiene detectada la causa por la que la población tiene presencia de piedras, se ignora con certeza qué causa las piedras: es por ello que el equipo que encabeza Flores Tapia analiza de varias vertientes el problema y para ello las nutriólogas aplican cuestionarios para conocer los hábitos alimenticios y si en verdad el paciente toma en serio el problema de las piedras, ya que la solución no es la cirugía, pues hay pacientes que ya regresaron 11 veces.

Las expertas en nutrición relataron que es importante que la población comprenda que es necesario cambiar el estilo de vida, lo cual resulta “complicado” porque implica cambios en lo social, económico, cultural, ya que hay familias completas con piedras que no tienen los recursos para comprar el agua embotellada certificada, no rellenada, con la cual cocinen y beban.

Indicaron que en los cuestionarios piloto detectaron que el uso del agua para cocinar puede ser de pozo o de tubo, en el interior del Estado, pero la que toman a veces es de garrafones que se rellenan de agua por centros de rellenado no certificados.

En algunos casos el consumo de refresco no es opción por la falta de dinero, y que la gran mayoría depende de lo que los hijos o los miembros de la familia compran para comer y beber en el hogar.

Uno de los casos es el de una familia de 8 personas de los cuales 2 son los que trabajan y generan al hogar 120 pesos al día y sólo 60 pesos se destinan para el desayuno, comida y cena, que suele ser café, huevo con frijoles y más frijoles, que se ponen al centro de la mesa, no son porciones individuales, además de que se cocinan con agua de pozo o de lluvia.

En la mayoría de los casos se cocina lo que el esposo o el que trabaja decide.

¿Será genético?

Por primera vez se analiza si el problema es genético, es decir, que la población tenga alguna característica en sus genes que por ello sea propenso a que se formen las piedras.

Basulto Martínez realiza los estudios, ya que la obesidad y el consumo de refrescos está presente en todo el país, pero sólo aquí se presentan las piedras en los riñones en las magnitudes expuestas.

“Uno cree que la cirugía salva el problema, pero la realidad es que es un remedio y lo que queremos es ir al fondo, conocer la causa, porque la incidencia es que los que fueron operados hace 10 años el 90 por ciento regrese con el problema; por eso se creó la clínica de litiasis hace 2 años, pero queremos ir más allá y ver qué comen, analizar las piedras, ver si es la genética, se busca estudiar el problema, porque no se ha hecho y es un problema grave”, dijo.

Recordó que el calor que se vive en el Estado, la ingesta de líquidos, los hábitos alimenticios y la genética son factores que pueden incidir en la causa; es por ello que realizan estudios y comparativos de los que no tienen piedras con los que sí tienen.

“Los que quieran participar les invitamos, porque buscamos pacientes sin piedras para conocer sus hábitos y poder compararlos; por favor, los interesado llamar al 9993186456, deben ser personas sanas, originarios de Yucatán y mayores de edad”, dijo.

(Verónica Martínez)

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