TIZIMIN, Yucatán, 21 de abril.- Un incendio de gran magnitud causó pérdidas millonarias en al menos tres ranchos ubicados cerca de la comunidad de Sucopo, pues el fuego redujo por completo a cenizas todo lo que se encontró a su paso, entre otras cosas, un tractor, sistemas de riego y cercos de alambre de púas.
El ganado bovino, sólo porque fue resguardado en un corral de piedras, pudo salvarse de las voraces llamas.
Los cuerpos de emergencia lucharon desde la mañana para poder sofocar el ígneo elemento, que cada que transcurrían las horas y el sol dejaba sentir sus ardientes rayos, más se avivaba y avanzaba con suma rapidez con los vientos que pegaban hacia el sur y que estaban arrastrando el fuego hacia la carretera que conduce a Colonia Yucatán.
Los bomberos con destacamento en esta ciudad trataban de hacerle frente al siniestro, cuyas llamas se alzaban más de cuatro metros.
Todo indica que el fuego inició en el rancho de don Sergio Valle, aunque en realidad se desconocen las causas.
La falta de lluvias en la región ocasionó que el pasto seco rápidamente fuera convertido en cenizas.
El incendio fue avanzando rápidamente y en un abrir y cerrar de ojos llegó hasta el rancho del licenciado Vivas, por más que los trabajadores, elementos de Protección Civil y bomberos le hacían frente el fuego, éste los superó.
Nada pudieron hacer para salvar un tractor que servía en el rancho, ya que la lumbre ingresó de lleno y en cuestión de segundos la maquinaria quedó envuelta en llamas y reducida a fierros retorcidos.
El sistema de riego fue pérdida total, pues en los potreros sólo se podían ver los restos de las tuberías, mientras que los cercos de todo el rancho cayeron al quemarse los postes de madera.
Los empleados únicamente salvaron el ganado, que tuvieron que resguardar en un corral de piedras, ya que el fuego ingresó dentro del corral donde habitualmente los dejan.
La lumbre pasó prácticamente por el casco de este rancho, ingresando a otras parcelas donde había tumbado un tramo de monte para la milpa, por lo que éstas tenían una guardarraya de más de tres metros, lugar donde los bomberos pudieron atajar el fuego o de lo contrario el incendio se perfilaba a salir hasta la carretera que conduce a Colonia Yucatán.
Los ganaderos estaban a la expectativa de cómo avanzaba el fuego, entre ellos el dueño de “Chákara Uberaba”, Don Luis Rodríguez Canto.
Sin embargo, gracias a la buena coordinación de los cuerpos de emergencia no se vieron afectadas más ranchos, pero el siniestro les dejó una dura lección de la importancia de contar con sus guardarrayas bien hechas, al menos de tres o cuatro metros de ancho para evitar este tipo de situaciones, además de que antes de quemar deben avisar a sus vecinos y apegarse al calendario de quemas.
En este siniestro se registraron millonarias pérdidas, y la preocupación de los ganaderos que tienen sus animales en sociedad, pues por el pago de pasto tendrán más pérdidas, además de la preocupación de cómo van a alimentar a sus animales si en los potreros sólo cenizas y piedras quedaron.
(Efraín Valencia)