Los “piratas” y la invasión de pasillos por parte de comerciantes son los principales obstáculos que afrontan los ciento cincuenta cargadores que laboran en las inmediaciones del mercado Lucas de Gálvez y que utilizan carretillas de acero, dijo Ubilio Cocom Ay, quien se dedica a esa labor desde hace más de medio siglo.
Entrevistado precisamente en uno de los pasillos del mercado cuando estaba a punto de entregar un par de cajas a uno de sus marchantes, don Ubilio explicó que debido a los cargadores “pirata” actualmente son menos las personas que demandan los servicios del sindicato del ramo afiliado a la Federación de Trabajadores de Yucatán.
Indicó que los “piratas” les quitan la chamba, pues cobran un poco menos que los cargadores sindicalizados; empero, resalto que afortunadamente quienes conocen su manera de trabajar los siguen apoyando, aunque apenas sacan lo indispensable para “salvar” el día.
Carretilleros
Recordó que empezó a trabajar como cargador con el tradicional mecapal, una soga de fibra de henequén aferrada a la frente y con la mercancía cargada en la espalda, es decir, a puro lomo.
Con el paso de los años surgieron las carretillas de madera cuyas ruedas estaban forradas con hule de llantas viejas; los cargadores las conducían desde la estación de trenes al mercado para llevar mayormente maíz y frutas procedentes del sur y zona centro del estado o de otras partes del país.
Estos carretilleros caminaban decenas de kilómetros durante la semana.
Todo cambia
—Como pueden observar, hoy todos utilizan los llamados “diablitos” o carretillas, muchos de ellos son considerados malabaristas por la cantidad de cajas que desplazan por los andadores del mercado, a pesar de las dificultades que tienen para realizar su labor, porque en ocasiones no pueden pasar por el amontonamiento de personas que utilizan los pasillos, muchos de ellos invadidos por los propios comerciantes; no obstante, los cargadores cumplen con su labor; unos comienzan a chambear desde las cuatro o cinco de la mañana y terminan a las once horas; otros comienzan a las once y culminan a las dos de la tarde y de dos de la tarde a las once de la noche, los del tercer turno; sin embargo, los horarios son flexibles, es decir, que los que quieran pueden trabajar los tres turnos, siempre y cuando el cuerpo aguante. Como no tenemos patrón fijo estamos a libre demanda, indicó.
Sindicato
Comentó que gracias al sindicato muchos cargadores reciben apoyos: cuando se enferman les dan 300 pesos para gastos médicos y otra ayuda es un pequeño fondo de defunción.
Reporteros del POR ESTO! intentaron entrevistar al delegado sindical de nombre Eric, pero este, con cara de pocos amigos, se negó de manera rotunda y pidió al reportero regresar al día siguiente si quería hablar con el secretario general, que ayer no fue a trabajar.
(Víctor Lara Martínez)