En la villa, la Biblioteca Pública“Benito Juárez García” ha resistido los embates del internet y la tecnología, y afortunadamente para los amantes de la lectura aún mantiene sus puertas abiertas.
Al respecto, la maestra Angélica del Rosario Kantún Uitz precisó que con motivo de la contingencia el edificio permanece totalmente cerrado desde marzo pasado, sin embargo, a partir de noviembre volverá a funcionar, por lo menos en el horario matutino o mediante citas.
Entrevistada con motivo de la próxima celebración del Día Internacional de las Bibliotecas, el 24 de octubre próximo, Angélica del Rosario señaló que en definitiva, debido a la tecnología, la biblioteca local no es lo que era antes, pero hasta antes de la pandemia recibía a un buen número de visitantes.
Señaló que ahora quienes acuden a ella son personas que leen por placer y no tanto por investigar alguna tarea escolar.
“Hasta hace unas décadas el sitio se inundaba de jovencitos, generalmente estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria, a los que sus maestros les dejaban pendiente alguna investigación, pero ahora prefieren teclear unas palabras en el Google y con un "click" obtener la información”, destacó.
La docente precisó que ahora la Biblioteca Pública “Benito Juárez García” es visitada por personas que gustan de leer y son apasionadas en algún tópico, algo que lamentablemente se está perdiendo con las nuevas generaciones.
En otro momento, la docente señaló que gracias a instituciones como Save The Children, que han solicitado utilizar la referida biblioteca para impartir asesorías a niños de primaria y secundaria, es que se utiliza el acervo bibliográfico y ello ha contribuido a darle vida al sitio en un horario de 8 de la mañana a 12 del día y de 3 a 5 de la tarde.
Con respecto a la cantidad de personas que visitan el lugar, señaló que recibe a lo mucho unas 45 ó 50 personas al mes y ese número es multiplicado por 12 para obtener la cifra anual, resultando alrededor de 600 visitas al año.
Sobre el futuro de las bibliotecas públicas, dijo tener fe en que éstas no desaparecerán en el futuro y que cada día más gente acuda a ellas, pues en definitiva una pantalla nunca podrá igualar el placer de hojear un buen libro.
“Además, seamos honestos, mucha de la información que se consigue en el internet no es fidedigna y los jóvenes generalmente la toman como verdadera. Por lo pronto, mediante ferias de lectura y otras actividades como la solicitud de material de lectura interesante trataremos de atraer a nuevos lectores”, concluyó.
Por Alfredo Osorio Aguilar