La Unión de Comerciantes de la Central de Abasto de Mérida lamenta que el Ayuntamiento incumpla con el proyecto inicial de la sede, que data de 1987, en el cual no existe una zona destinada a la construcción de escuelas, así mismo encuentra inverosímil que se pondere esa construcción a la mejora de las instalaciones para los propios locatarios y clientes, “lo peor es que se hizo durante la pandemia, estamos en una Central de quinta en una ciudad de primera” reclama el presidente de la agrupación, Moisés González.
Ante lo que ellos llaman una invasión, dijo “tenemos un proyecto legal para defender nuestro terreno, solicitamos a la sociedad que nos apoye, se involucre y se dé cuenta de que el objetivo de las autoridades es desaparecer a los comerciantes pequeños e independientes”, refirió.
Explicó que el recinto de 9 hectáreas carece de capacidad, señalando que “la operación ya rebasó nuestros espacios, desde hace 40 años no hemos tenido ningún apoyo del Ayuntamiento ni del gobierno, carecemos de servicios básicos como pavimentación, no deshierban, el alumbrado es deficiente y no existe la seguridad”.
También refirió que están abusando de los locatarios y que “durante 6 meses en esta pandemia nos quisieron dar un descontón, pues hicieron acuerdos bajo el agua, empezaron una construcción y sacaron a los compañeros del tianguis del auto argumentando que les iban a dar un terreno y no les dieron nada, se han basado en abusos de autoridad”.
Son cien locatarios que trabajan en la Central de Abasto, quienes comentan que “lo que vamos a hacer es crecer con nuestros propios recursos porque no podemos seguir esperando a que el Ayuntamiento nos apoye con las partidas federales que llegan, porque ya pasaron 40 años y no hay proyecto de crecimiento”.
El dirigente argumentó que cuentan con un proyecto para construir nuevas naves y admitir nuevos giros que vayan acorde al uso de suelo, que es de productos perecederos, y complementen el perfil de la Central. Entre ellos podrían incluir granos, abarrotes, aceites y productos orgánicos. Agregó que están en condiciones de construir y por ahora están trabajando en la planificación.
González explicó que durante la sindemia hubo una reducción del 60 por ciento en las ventas en el espacio, “afortunadamente no hemos cerrado y todos los impuestos se han seguido pagando, pero no hemos tenido ningún apoyo del Ayuntamiento, aunado a eso, las malas acciones de la administración municipal han devenido en la invasión del terreno de la Central de Abasto con una construcción aparentemente ilegal, no es algo lógico que aquí haya una escuela”.
Samuel Chan, uno de los locatarios que lleva trabajando más de 20 años, negó que les hayan enterado de la construcción de la supuesta escuela que ahí se edifica. Expresó que no tienen certeza de qué ocurrió en el espacio porque “el administrador no dice nada, argumenta que él tiene derecho a hacer lo que quiera con los terrenos de los alrededores, él hace y deshace, no sabemos qué pasó”.
Reconoció que tienen otras necesidades que no han sido tomadas en cuenta, señala que no es suficiente el estacionamiento y les están reduciendo el espacio “la construcción de ese centro educativo, en lo particular no creo que nos beneficie en nada, al contrario, los chavos van al café, no vienen a hacer compras, en cambio el tianguis de autos sí ayudaba”.
Una de las vendedoras, quien solicitó pasar como anónima, desestimó que quienes acudan a esa escuela vayan a consumir a la Central “que se metieron allá porque les donaron el terreno pero era para nosotros, entonces se perdió el estacionamiento porque muchas personas si no ven lugar enfrente del negocio no se bajan comprar, entonces eso nos perjudica, dudo que nos vaya a beneficiar, pero habría que esperar a que se concluya. Con el tianguis, mientras sus familiares estaban allá, otros venían a comprar y eso sí nos beneficiaba”.
Por Karla Regina Aguilar