El grupo de guerreros mayas del juego del Pok ta Pok celebraron anoche el solsticio de invierno, que suele ocurrir alrededor del 21 de diciembre, es un evento clave que marca un cambio en los ciclos naturales y astronómicos.
A las 8 de la noche se dieron cita en la concha acústica de la población, al iniciar el evento el sacerdote maya, Guadalupe Teh Can, realizó el ritual con incienso y copal para purificar el sitio donde los guerreros jugadores de la ancestral pelota maya realizarían un encuentro deportivo por el solsticio y en agradecimiento a los dioses.
El “jalach uinik”, jefe supremo, invocó a los dioses del “oxlajuntiku” (del firmamento) y los “bolontikú” (del infra mundo) para dar inicio a la ceremonia maya y permitir que todo se realice en buen término.
Con sones de tambores, flautas de carrizo y el potente sonido del caracol, los guerreros mayas entraron en la cancha de juego con júbilo para el encuentro.
Este ritual maya marca el momento a partir del cual las noches comienzan a acortarse hasta llegar a la primavera y luego al verano.
Para la civilización maya el solsticio de invierno marcaba una época de renovación, con miras a la ya no tan lejana primavera, para propiciar el sincretismo el sacerdote maya quemaba incienso, ofrecía rezos y cánticos en honor del día del año en el cual el Sol se encuentra más alejado de la Tierra.
Después del encuentro deportivo, el capitán del equipo maya ofrendó el trofeo obtenido a hunab kú, dios supremo.