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Zonas arqueológicas de Yucatán registran pérdidas millonarias este 2020

La contingencia sanitaria y los fenómenos meteorológicos causaron pérdidas millonarias en zonas arqueológicas.
Foto: Por Esto!
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La pandemia por COVID-19 trajo consigo el cierre de las zonas arqueológicas en Yucatán por más de seis meses, así como las intensas lluvias por huracanes y tormentas tropicales provocaron que la afectación fuera aún mayor. Los sitios de mayor afluencia, como son Chichén Itzá, Uxmal, Ek Balam y Dzibilchaltún reportan una baja de visitantes de alrededor del 70 por ciento con respecto al año pasado, de acuerdo con el Sistema Nacional de la Información Estadística del Sector Turismo de México (Datatur).

Tan sólo Chichén Itzá habría dejado de recibir, hasta el mes de octubre, unos 160 millones de pesos por los turistas que dejaron de ingresar, con respecto al año anterior. De acuerdo con datos de la oficina en Yucatán del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en 2019 ingresaron a la zona arqueológica 245 millones de pesos por concepto de visitas y este 2020 habría recibido alrededor de 85 millones, aunque las cifras aún están en proceso.

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Días antes de la celebración del equinoccio de verano del 21 de marzo, se decretó el cierre de las zonas arqueológicas, las cuales se mantuvieron así por un lapso de seis meses. Fue hasta el 14 de septiembre que nuevamente abrieron al público Uxmal, Xcambó, Mayapán, Izamal y Ek Balam; mientras que el día 22 del mismo mes lo hicieron Chichén Itzá y Dzibilchaltún.

Sin embargo, en octubre, tras el paso del huracán Delta por una amplia zona de Yucatán y por seguridad de los turistas, se cerró Chichen Itzá, Ek Balam y Dzibilchaltún. Los dos primeros tuvieron afectaciones mínimas y abrieron unos días después, no así el tercero, que se mantuvo cerrado dos meses más y apenas reabrió el pasado 2 de diciembre.

De acuerdo con el ranking de Datatur, de las 20 zonas arqueológicas más visitadas del país, Chichén Itzá ocupa el primer lugar, pero aparece también Uxmal en la posición ocho, Ek Balam en la 16 y Dzibilchaltún en la 18. Además, en el Sistema Institucional Estadística de Visitantes del INAH también aparecen estos cuatro sitios como los más visitados en Yucatán y aglutinan la gran mayoría de los visitantes.

La caída en el número de visitantes de estas zonas está en alrededor del 70 por ciento para el lapso enero-octubre del 2020, que reporta Datatur.

En el caso de Chichén Itzá, de enero a octubre del año pasado llegaron un millón 923 mil 825 personas; mientras que, en el mismo lapso mencionado, pero de este año, sólo asistieron 672 mil 633 visitantes, lo que equivale a un 72.3 por ciento menos de afluencia. Uxmal recibió el año pasado un total de 245 mil 964 visitantes, en tanto que en 2020 sólo reportó 94 mil 974, para una caída del 65 por ciento.

En el caso de Ek Balam, en el 2019 tuvo la llegada de 142 mil 131 paseantes y este año fueron 41 mil 707, lo que equivale a la disminución en el número de turistas del 70.7 por ciento.

Dzibilchaltún recibió, el año anterior, 137 mil 421 visitantes y este 2020 registró una entrada de 37 mil 911, dando como consecuencia una disminución del 72.47 por ciento.

Ahora bien, aunque las lluvias han sido intensas debido a los fenómenos naturales que pasaron por Yucatán, las afectaciones fueron menores, de acuerdo con el delegado del INAH en la Entidad, Eduardo López Calzada.

De los fenómenos que acontecieron, desde Cristóbal y hasta el último no hubo mayores afectaciones. Reportamos muy pocos daños menores y sólo uno de capacidad intermedia, pero que no fue en zonas arqueológicas, sino en la Iglesia de Tekantó y se acudió de inmediato, reportó el delegado del INAH en Yucatán.

“Afortunadamente no hubo mayores daños, salvo algunas inundaciones en zonas arqueológicas, pero no pasó a mayores. Esperamos que las lluvias bajaran y se hizo el trabajo de deshierbe, retiro de árboles que se cayeron y se abrieron estos sitios que son los más solicitados en Yucatán”, comentó.

Por su parte, el arqueólogo José Huchim Herrera, director de la Zona Arqueológica de Uxmal y la Ruta Puuc, dijo que después del paso de los fenómenos meteorológicos que se dieron en fechas pasadas, se hizo una evaluación de los daños ocurridos y, por suerte, sólo hubo afectaciones menores.

“Tuvimos algunos desplomes en el área de Chacmultún, en el conjunto de Las Monjas, y también en Sayil. Ahora ya generamos un primer reporte que sirvió para que la administración se encargue de comunicarse con la aseguradora y ya hay algunas visitas, por lo que más adelante se definirá lo que se va a hacer”, señaló.

“Por fortuna, hablamos de afectaciones leves, que no son tan catastróficas. Se tiene un mantenimiento permanente en cada uno de los monumentos, lo que ha permitido que en estos ciclos de lluvia el impacto sea menor”: destacó.

Al respecto, declaró que cayeron partes de unas bóvedas en Sayil y Chamultún, que son reparables con mucha facilidad; además, no ve grandes problemas como en El Adivino en el 88, después del paso del Huracán Gilberto, “ahí nos llevamos 13 años en estabilizar el edificio, pero por fortuna no hemos tenido esos problemas en los últimos años”, expuso Huchim Herrera.

Agregó que, en el caso de los sitios arqueológicos que están a su cargo, como son Uxmal, Oxkintok, Kabah, Sayil, Xlapak, Labná y Chacmultún, no hubo grandes afectaciones.

Sin embargo, expuso que se hace un trabajo de análisis para atender las afectaciones que trae consigo el cambio climático.

“En los edificios se refleja también; existen problemas con la erosión en las piedras de los monumentos, la intemperización de las piedras, además de fisuras, craquelaciones y vegetación que florece, hay líquenes y todo esto forma parte del impacto”, dijo.

Finalmente, Huchim Herrera comentó que se hace un análisis de todos estos fenómenos para una correcta evaluación y, en un futuro, generar líneas de actuación a mediano plazo, pues -apuntó- que muchos impactos se pueden prevenir

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