A pesar de que pescadores usan el Playón, en Progreso, poniente como zona para prepararse, antes de hacerse a la mar, éste se encuentra abandonado por las autoridades municipales, a decir de turistas y personas que visitan el lugar, que forma parte protagonista de la historia de este puerto.
José Acosta, mejor conocido como “Chepe” y quien tiene 50 años de experiencia como pescador, indicó que a pesar que se han hecho ciertos esfuerzos por mantener vivo el Playón, se encuentra olvidado por las actuales autoridades, consideró que no hay la vigilancia suficiente y apenas cae la noche, el área se vuelve peligrosa, debido a la presencia de personas que suelen ingerir sustancias en este sitio.
“Chepe” consideró que el lugar tiene mucha vocación para atraer turistas, pero opinó que las autoridades poco han hecho para explotar el lugar, expuso que si al menos instalaran un buen alumbrado público, o al menos algunas palapas en el Playón, el municipio costero podría tener una mayor captación de turistas.
Criticó que tal pareciera que la vocación turística o inclusive, todas las historias importantes del puerto se dan en el malecón de o cuando mucho en el Muelle Chocolate; sin embargo, apuntó que esto no necesariamente es cierto.
Al rescate de una ballena de 25 toneladas
“Chepe” recordó que en marzo del 2016, trascendió, incluso en medios nacionales, que precisamente en la zona del Playón de Progreso rescataron el cadáver de una ballena, se trató de un ejemplar macho, juvenil, de 14.5 metros de largo, y un peso de unas 25 toneladas; compartió que si bien mucha gente se enteró de esto, pocos saben que fue él quien reportó el avistamiento, e incluso aseguró que ayudó acercar al mamífero marino a la orilla del mar.
El experimentado pescador relató que el día de los hechos acudió a la zona del Playón como en una jornada laboral cualquiera, explicó que para esas fechas había mal tiempo, así que se prepararon para pescar robalos, que precisamente las aguas agitadas acercan; sin embargo, en algún momento se percató que había un gran montículo, a lo lejos, cerca de donde los cruceros hacen su arribo.
“El animal estaba justo en donde desembarcan los cruceros, pensamos que era una lancha volteada, pero no estábamos seguros, ya que estaba lejos, decidimos ir a verificar y grande fue nuestra sorpresa al descubrir a la ballena, ya muerta”, sostuvo.
El experimentado pescador, dijo que una vez en las inmediaciones, algunos de sus compañeros se arrojaron al mar para ver de cerca a la ballena, y una vez que confirmaron que se encontraba sin vida, dieron aviso a las autoridades, en este caso, a las autoridades de pesca.
Sostuvo que preguntó la manera de arrastrar los restos de la ballena, con la ayuda de su lancha y de las autoridades amarraron al mamífero marino con cuerdas y empezaron a remolcar hasta la zona del Playón, pero se encontraron con un gran obstáculo, los arcos del muelle del puerto.
“Estuvimos empujando entre dos lanchas al animal, con mucho esfuerzo, logramos pasar junto con el a la zona que nos pidieron, pero como era muy grande, no se pudo acercar a la orilla, se quedó como a una esquina por lo que empezamos a arrastrarla con camionetas, tuvo que venir la Armada y con cadenas se pudo sacar al animal”, sentenció.
Don “Chepe” externó que esa es la primera vez, y al momento la única en sus 50 años como pescador que ve a un animal de esas dimensiones. Apuntó que la ballena se enterró en las inmediaciones del lugar y finalmente pasados unos dos años se exhumó, ya para esas fechas eran huesos, que terminaron siendo exhibidos en el puerto.
Señaló que los restos de la ballena sirven como atractivo turístico; sin embargo, comentó que no se le da mantenimiento, pese a que los huesos se encuentran a la intemperie.
Remendando las redes
Luis Martín, pescador de toda la vida y compañero de don “Chepe”, se encontraba a escasos metros de las embarcaciones, reparando parte de su herramienta de trabajo, 60 brazas de redes, es decir, unos 109 metros; nacido en Veracruz, el hombre de mar dijo que ha encontrado en Yucatán una segunda tierra.
El pescador explicó que las redes suelen trabarse en el fondo del lecho marino, lo que eventualmente termina dañándolas, rompiendo el material de nylon, por lo que sólo queda reparar los desperfectos, en su caso, utiliza un hilo resistente y para sostener la red, los cocales que están en el lugar, así como unas agujas de las que sirven para urdir hamacas.
“Hay que reparar las herramientas de trabajo, la cosa está jodida, temporada de pulpo baja más la pandemia, nos has venido a dar en la torre”, expresó.
El hombre de mar dijo que pese a que se ha anunciado que se alargará la temporada de pulpo hasta los últimos días de diciembre, esto no representa un beneficio para ellos, ya que de manera natural, el octópodo se guarda para esas fechas, por lo que es muy raro capturar esta especie en este tramo del año.
Una vez reparada la red y con oportunidad de salir al mar, esta red atrapará lo mismo que bonitos, cazón, sardinas y otras especies que el pescador va a comerciar.
Indicó que ha intercambiado experiencias, por su parte, él le ha enseñado a reparar las redes a los pescadores yucatecos, y estos últimos, le han enseñado la captura del pulpo, especie que no se pesca en su natal Veracruz.
Espera que al menos el próximo año sea mejor en términos económicos, pues aún tiene hijos menores que dependen de él, por lo que bajar la guardia y los esfuerzos, no es una opción para él.
Al mal tiempo, buena cara
Siempre en la misma zona de Progreso, se pudo observar grandes extensiones de playa llenas de sargazo y pasto marino, material que el mal tiempo, derivado del Frente Frío Número 23, dejó en éste y otros puntos del municipio costero.
La diferencia es clara, la parte más turística amaneció limpia, en contraste de esta parte del puerto; sin embargo, este escenario que defienden los expertos en no retirar, también atrae a otro tipo de personas, ciudadanos de a pie en búsqueda de alimento, pues dentro de ese material orgánico se pueden encontrar caracol nolón, eso sí hay que ser pacientes.
A lo largo del Playón se pudo observar algunas personas que durante unos días aprovecharon el mar agitado, y el material que este dejó en la orilla de la playa para revisar y buscar alimento, el objetivo: el caracol nolón, especie comestible que se recolecta en este caso, con lo suficiente se hierve y finalmente se cocina.
Víctor Zartuche fue una de las personas que estuvo checando el área en donde se acumuló el sargazo y pasto marino para encontrar las conchas que resguardan a los caracoles, pacientemente revisaba una a una hasta encontrar las que eventualmente cocinará.
Dijo que nació en la CDMX, pero luego de algún tiempo y por algunos años se cambió de residencia a Oaxaca, finalmente por un trabajo como albañil, en una conocida plaza ubicada en la salida de la carretera Mérida-Progreso, al Norte de la capital yucateca, llegó a la Entidad. Aprovechó los días libres para visitar Progreso, pero se encontró con ese escenario, no le quedó de otra, tuvo que empezar a recolectar caracoles, mismos que terminarán en su mesa.
“Tendría, para que pueda comer bien, juntar como un kilo que estos caracoles, para poder tener un par de raciones de comida”, indicó.
Don Víctor indicó que aprovechó las condiciones del clima que recolectará lo necesario, regresará a la capital del Estado, y analizará si almuerza en estos días el fruto de su esfuerzo, por el momento indicó que se siente contento y al irse espera regresar pronto, pero esta vez para disfrutar del mar y el clima.
Para los pescadores, el Playón está en el abandono, lo han olvidado dejado a un lado de la vocación turística de Progreso, piden que se le dé más difusión y expresaron que ahí también se generan historias, no únicamente en la zona más turística del puerto.