Oferentes del tianguis de la colonia Francisco I. Madero están inconformes porque -argumentaron- el Ayuntamiento de Mérida les quitó su lugar para dárselo a otros sin previo aviso, lo que está generando conflictos entre ellos, especialmente los de mayor antigüedad, que aseguran nunca los han tomado en cuenta.
Los comerciantes señalaron que todo se ha vuelto un caos y muchos no están de acuerdo ni con el horario establecido, que es de 11 a 15 horas los sábados y domingos, cuando antes les permitían estar de 7 a 14 horas, lo que comentaron que es mucho mejor, y señalan esto como una posible causa para la poca la afluencia que se ha registrado en el bazar en las últimas tres semanas.
Los tianguistas culparon al coordinador, Joan Ávila Romero, mejor conocido como “Barney”, como responsable de los conflictos al no permitir que se instalen en la periferia del parque, pero sí amontonó a más de cien en el interior del mismo, sin tener en cuenta que con ese tipo de medidas los riesgos de contagio de COVID-19 son más elevados, porque no se respeta la sana distancia, los puestos están uno junto al otro y la gente no tiene por dónde caminar y, si se detiene a comprar, obstruyen el paso a los que vienen detrás de ellas.
El tianguista Eduardo Antonio Loeza dijo que, desde que se reabrieron hace un mes, no han cesado los conflictos por el reparto de lugares y todo se ha vuelto un relajo, todo por “la flamante idea” del coordinador de los tianguis que sacó a los más antiguos.
Aseguró que “este no sabe que la gente que acude al tianguis prefiere ir temprano porque son personas que tienen necesidades y solo compran lo indispensable y se van, pero eso de obligarlos a que vayan de 11 a 15 horas es una tontería, mientras los más afectados somos nosotros que a duras penas sacamos para la comida y para pagar las cuotas al Ayuntamiento”.
Agregó que, desde su perspectiva, todo lo que hace el Ayuntamiento es ineficiente, y que muchos de sus clientes van al tianguis porque es donde pueden encontrar cosas más baratas sin tener que ir al Centro, pero eso lo ignoran los funcionarios “que son gente rica o que se han enriquecido por los años que han estado en el Gobierno y poco le importa las necesidades de la gente, por eso no hacen encuestas para que la población no se entere de las carencias que tienen los vendedores de los tianguis, quienes hasta ahora no han recibido apoyo alguno por parte de las autoridades y tiene hambre de justicia e igualdad”, remató.
Ausencia de medidas sanitarias
Durante un recorrido por el tianguis se observó que, efectivamente, no hay quien vigile que los comerciantes, ni la gente que acude a ese lugar utilicen el gel para desinfectarse las manos, además de que no hay agua y jabón para el mismo fin y los pasillos son muy angostos, lo que ocasiona que las personas se aglomeren; tampoco hay tapetes para desinfectar el calzado.
Por el contrario, ayer domingo, personal del Departamento de Limpieza del lugar retiró una bolsa llena de cabezas de pavo y pollos en estado de descomposición que fueron tiradas debajo de las gradas de la cancha de basquetbol, por lo que arrojaron un saco de cal para dispersar el fétido olor que se podía percibir a más de 10 metros de distancia.
Los tianguistas se quejaron de bajas ventas, sobre todo los sábados, toda vez que ayer acudió un poco más de gente y eso “medio salvó el día”.
Como en todos los tianguis, ayer acudieron personas a vender ropa usada, juguetes, lentes, litografías, zapatos usados, herramientas y hasta bicicletas, además de libros, piezas de automóviles, macetas, sillas de metal, bancos de madera, papel higiénico, tacos de cochinita y muchos artículos más.