En muchos hogares de Tizimín ya se sienten las fiestas decembrinas, pues con el Espíritu de la Navidad están adornando sus casas, colocando sus pesebres, arbolitos en espera del nacimiento de Jesucristo; sin embargo, para muchos son fiestas donde hay sentimientos encontrados porque a causa del coronavirus han perdido a sus seres queridos.
La familia Ponce Cardeña dijo que ya está lista para la llegada de la Navidad, época de esperanza y prosperidad, donde reina el amor y la paz.
Carmita Cardeña señaló que las celebraciones decembrinas las realiza en casa con la familia o con sus amigos, ya que es una tradición en la cual se reúnen amigos y familias que no se han visto para estar de nuevo juntos.
“Lamentablemente este año no podrán estar reunidos con algunas personas debido a la contingencia, la casa siempre la adornamos para estas fechas ya que es una tradición familiar y una emoción para mis hijas el poner cada año el arbolito y en esta ocasión, a pesar de la situación, no pudo ser la excepción”, dijo.
Judith Canul, por su parte, indicó que, a pesar de la pandemia, en su hogar ya se siente el ambiente festivo y por ende como cada año ya colocó su arbolito, el nacimiento, para esperar la llegada de Niño Jesús, porque no hace falta hacer grandes reuniones ni fiestas, lo importante es esperar la venida del Salvador porque él va nacer en nuestros corazones.
Agregó que, en esta ocasión, será diferente porque ya no podrán reunirse con la familia por las medidas sanitarias, “pero sí conviviré con mi esposo e hija, prepararemos tamales, veremos la celebración de la misa por la tele y esperar el nacimiento de Jesucristo”.
Mili Sulub externó que en esta ocasión será una Navidad muy triste porque algunos de ellos tienen a un familiar que falleció a causa del coronavirus, “dejándonos ese vacío, será una fecha de recuerdos y de mucha reflexión, pero también hay que tener en cuenta que es un nuevo nacimiento y en que deberíamos de acercarnos más a Dios, porque al nacer Jesús es una nueva oportunidad de cambiar, ser mejores personas”.
Por Raquel Margarita Huerta