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Yucatán

Automóviles favoritos en Yucatán durante la primera mitad del siglo pasado

Roldán Peniche Barrera

Podemos señalar los fines de los años cuarenta y de ahí en adelante, como la época en que empieza a hacerse popular el automóvil en Yucatán. Con algunas avenidas y no pocas calles adoquinadas, comienzan a circular coches de diversas marcas, de las cuales nuestros abuelos y nuestros padres escogen sus favoritas

El Ford y el Chevrolet

Figuran entre los más antiguos, especialmente el primero. Ya desde comienzos de 1900 los viejos Ford, los llamados “fotingos” prestan sus servicios como automóviles de alquiler (taxis) a las puertas de la Catedral y alrededor de la Plaza Mayor. Los Ford podían descapotarse y eso gustaba a nuestros turistas inaugurales, amantes del sol y el aire. Nuestros abuelos preferían mantener la capota encima. Ignoramos cuánto pagaban los usuarios en aquel tiempo por los servicios.

El Chevrolet se hizo muy popular en corto tiempo y los que tenían plata los adquirían para darse “cachet”. Eran bastante cómodos y fáciles de manejar.

El Nash, el Studebaker y otros

Pronto las calles de la ciudad se tornaron en “pistas” para automóviles, no tan alocadas como hoy, pues cuidaban su velocidad. Arribaron nuevas marcas, como el Nash, no tan popular, y el Studebaker, que sí lo eran. El que recordamos era un tanto incómodo pero no podríamos opinar en lo general. Llegó el Willys, rudo, como para salir a viajar y más tarde el Willys-Jeep, producto de la II Guerra Mundial, vehículo diferente a los demás, tosco, con capota, sin puertas por lo general, asientos incómodos y de ruedas que podían ir lo mismo por la más lisa carretera que por montículos de considerable altura. Y es claro: habían sido construidos para la guerra. No sabemos del Nash, si está o no en actividad, pero parece que el Studebaker sigue dando guerra.

(Continuará)

Continuación

J. Parra

Todas las personas sin importar su estilo de vida, su condición física, partido político o religió a la que pertenezcan, nacionalidad u orientación sexual, todos somos valiosos.

Quien menosprecia a una persona, profana su dignidad. Nunca lo hagan.

No le teman a la diversidad, al contrario véanla como una fuente de inspiración para hacer el bien a los demás.

La exclusión denigra y atrofia.

Lo que más daño le ha hecho a la sociedad, es que tristemente nosotros los seres humanos juzgamos y condenamos.

Dios nos ha enseñado a juzgar y a perdonar.

8.- Renuncien a la mediocridad, ser mediocre es ser nada, ser nadie.

Hagan de su vida una obra maestra.

Jamás una obra fallida.

Dios está muy ocupado para hacer de nadie algo.

Usen su libertad para hacer de su vida una obra trascendente.

No pasen su vida como el agua que pasa sobre las piedras sin dejar rastro, como sucede a miles de mexicanos que nacen, viven y mueren como si nunca hubieran existido.

Ustedes jamás sean parte de esa estadística.

Trabajen, esfuércense, no sean como esos parásitos que viven de las migajas que les dan los demás.

Los corruptos son los que llevan a sus casas dinero sucio y mal habido. No sean de esa calaña.

9.- Cuiden y fortalezcan a su familia cuando la tengan.

Tener un lugar a donde llegar se llama hogar.

Tener quien te quiera y a quien querer se llama familia.

Esa filosofía de la vida es la que han compartido con nosotros. Háganla suya.

(Concluirá mañana)

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