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Yucatán

Violencia sobre la mujer maya yucateca

Jaime Novelo González

La violencia sobre el género femenino tiene manifestaciones de carácter homicida que al ser numerosas, repetidas y crecientes van tomando el carácter de genocidio. El género femenino tiene marcadas peculiaridades fisiológicas, psicológicas y socio-culturales. Existe un rol del género femenino que contempla varias misiones, destacando la misión de gestar y alumbrar a las nuevas simientes humanas.

Atentar contra la mujer es, además de lo expresado, un acto etnocida; porque se pone en riesgo y daña el espíritu del género femenino, que dota a la condición humana de muchos atributos claves relacionados con la sensibilidad, que hace música necesaria en la comunicación y empatía entre los seres humanos y entre estos y los animales, la naturaleza y el todo del Universo. Pero, atentar contra el género femenino de las mujeres representantes de colectivos llamados culturas madres o pueblos autóctonos, es un acto doblemente etnocida.

Efectivamente las mujeres en estos colectivos han sido y son las protagonistas principales de la conservación y trasmisión a las nuevas generaciones de las esencias culturales del colectivo, etnia pueblo o cultura de que se trate; son las educadoras principales de ese sistema educativo tan poco reconocido, promovido y sustentado, que en educación indígena llamamos Educación Intrafamiliar.

Entonces, tales educadoras son el último bastión de la saqueada espiritualidad, autoestima y sentido agradecido de pertenencia a razas madres y, al atentarse contra ellas, se violenta por un lugar la esencia femenina que es un atributo vital del espíritu humano y también se atenta contra el cuartel, refugio y única gran garantía de subsistencia del espíritu de las culturas madres, centenariamente agredidas y más que diezmadas actualmente.

Hoy que en México se alzan voces de profunda inconformidad con los niveles de violencia femenina, que se están manifestando en forma creciente y que llegan hasta cifras horrorosas de feminicidios. Resulta necesario aclarar que, por conducto de la Cuarta Transformación, hoy en México existe la apertura a analizar con qué contamos o no existe y debe concretarse para buscar e implementar soluciones a tal problema. Veamos, a manera de ejemplo, en apretada síntesis, el panorama de con que sí contamos y que falta para resolver la violencia femenina en los colectivos mayas yucatecos.

Los derechos culturales mayas sólo pueden asentarse y garantizarse desde los derechos humanos establecidos, cuando esté garantizada la condición imprescindible del sí rotundo cumplimiento de los derechos educativos de los mayas yucatecos. Efectivamente, si fortalecemos el reconocimiento del clave papel de la mujer maya yucateca en la conservación y evolución positiva de nuestro gran patrimonio yucateco cultural maya, estaríamos empoderando a este rol clave en muchos sentidos, para los fines citados.

Ocurre que, con la Nueva Ley de Educación, con el compromiso expresado y manifiesto en la práctica de nuestros, Gobierno Nacional y su Presidencia, se han establecido las condiciones para que los derechos educativos no sigan siendo letra constitucional muerta, que hace el juego a la labor etnocida, centenaria, empeñada en matar el espíritu cultural milenario maya. Ahora en Yucatán están las condiciones para que los niveles institucionales y gubernamentales acrediten, fomenten y sustenten el gran papel que corresponde a la Educación Intrafamiliar Maya, misma de lo que debe resultar un empoderamiento especial, necesario e impostergable del rol femenino en tales comunidades, de tal suerte e implicación que actué como una extra gran barrera de contención y bloqueo a la violencia que pende y se manifiesta sobre tales mujeres nuestras. Sí que es procedente dicha barrera extra contra la violencia femenina en nuestras comunidades mayas, porque como se ha expresado, tal violencia tiene una proyección y connotación doblemente etnocida.

Entonces vale la pena destacar que los niveles institucionales y gubernamentales yucatecos facultados, e implicados por misión establecida, deben acelerar el proceso de vencimiento de las inercias de estatismo, desidia y oposición al cambio por, desde y para el legal cumplimiento de la Nueva Ley de Educación, en lo que respecta a la pretendida, justa y procedente Educación Maya Yucateca, centrada en el sí rotundo cumplimiento de los derechos educativos constitucionales y tres veces legales de nuestros mayas; reconociendo que ello constituiría una ejemplar y eficiente acción profiláctica, de la violencia contra el género femenino para todo México.

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