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Yucatán

Sin trabajo zapateros Hunucmá por la pandemia

Se quedan sin mercado para vender sus productos
Foto: Especial Por Esto!

Los productores de calzado de Hunucmá están a punto del colapso por la falta trabajo y de mercado para vender sus productos, especialmente los que se dedican a elaborar calzado escolar y que esperan el pago correspondiente por parte del Gobierno del Estado.

Entre los fabricantes más afectados se encuentra Luis Armando Puerto Euán, de 65 años de edad, que comenzó a trabajar a la edad de 13 años en esa actividad y jamás han vivido momentos tan difíciles como ahora.

En charla con el reportero, explicó que antes de la pandemia del COVID-19 la industria del calzado estaba en picada por la baja demanda de sus productos, situación que se complicó con la presencia del COVID-19 en nuestro Estado y el país, lo que propició una parálisis general y por ende el cierre de mercados, dejándolos a la deriva.

Comentó que muchos vieron una tabla de salvación con el programa de calzado escolar del Gobierno del Estado, tanto él y otros artesanos hicieron préstamos para poder participar; en su caso prestó 24 mil pesos pero llegó el COVID-19 y el dinero se gastó en pagos a los tres empleados, el servicio de energía eléctrica, etc.

Aun así se logró entregar los primeros mil pares de calzado de los dos mil que le correspondieron, pero sólo recibió dos anticipos y hasta la fecha no le han pagado una parte de la primera entrega y hoy necesita dinero para pagar a sus obreros que están a punto de terminar los otros mil pares y que le están cobrando y ahora no busca cómo hacer para salir de ese compromiso.

En el mismo caso se encuentran la mayor parte de los más de cien productores que participan en ese programa y los que trabajan en otras ramas, que también atraviesan momentos difíciles porque no hay mercado para sus productos, zapatos que vendían a comerciantes de Tizimín, Playa del Carmen, Valladolid, kilómetro 80 y Cancún.

Simplemente no hay trabajo porque todo se cerró por la contingencia que estamos viviendo, una crisis que jamás había vivido en toda mi vida y de plano no sé qué puedo hacer para superar esta situación.

Comentó que algunos habitantes de Hunucmá trabajaban como meseros, pero al cerrar los restaurantes se quedaron de brazos cruzados y sobreviven de la poca ayuda que ofrece el Ayuntamiento, despensas que cada vez contienen menos productos, por lo que ahora se emplean de lo que sea para conseguir unos centavos para sostener a sus familias.

Si el Gobierno del Estado decreta regresar al semáforo rojo, sería el final para muchos obreros, sobre todo a los que laboran en las dos maquiladoras que hay en esa localidad, empresas que han comenzado a despedir a decenas de obreros.

En resumen, los zapateros en Hunucmá están amolados porque les están mal pagando la fabricación de calzado escolar, que sólo les deja una utilidad de 10 pesos por par, 40 pesos menos de lo que les pagaban, y con jornadas de trabajo de 12 horas o más para poder “sacar” algo de dinero para sostener a sus familias.

Por su parte, Marcos Manuel Puerto Dziau, manifestó que cuenta con cuatro empleados que antes de la pandemia producían 200 pares de calzado por semana y que se vendían en Campeche y Tabasco, así como a comerciantes de la ciudad de Mérida, mercados que se perdieron por la pandemia, porque no les permiten salir a vender, además de que hay comercios que todavía permanecen cerrados por la contingencia sanitaria y mientras sus productos sigan en las bodega no pueden renovar sus pedidos.

Las ventas han bajado demasiado, por eso vemos con agrado el programa de Calzado Escolar del Gobierno del Estado, lo que le permitió subsistir este periodo de la pandemia, lamentablemente el programa está a punto de culminar y se nos avecinan tiempos muy difíciles y no sabemos qué hacer para sobrevivir esta crisis que ha dejado a muchos sin empleo.

En su taller se labora de las 8 de la mañana a las nueve de la noche para poder sacar la producción de 400 pares semanales y poder cobrar un poco más y elaborar los tres mil 700 pares que contrató con el Gobierno del Estado.

Competencia con china

Indicó que otro obstáculo que afrontan los productores de calzado es la competencia que sostienen con el calzado que llega de China, que se vende más barato pero de menor calidad, pero en tiempos de crisis como la que estamos viviendo, la gente se va más por el precio, sin importar la calidad del producto y eso les afecta bastante.

Finalmente dijo que es Licenciado en Administración de Empresas, pero desde hace más de tres décadas que se dedica a la fabricación de calzado, profesión que heredó de su padre y del cual se independizó.

En el 2004 puso su propio negocio, pero si hay alguien interesado en contratarlo no dudaría en aceptar, pero en tiempos de crisis y por su edad considera difícil que alguien necesite de sus servicios.

Información: Víctor Lara Martínez

Por Redacción Digital Por Esto!

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