En medio de la soledad y en precarias condiciones, es como vive el septuagenario Rufino Tec Yam, quien a su avanzada edad lucha para salir adelante, a pesar de esta contingencia por el COVID-19, empleándose como vendedor ambulante.
Este septuagenario vive solo en la calle 52 entre 71 y 73 en un pequeño cuarto del Fondem, en Tizimín. Cuando se le visitó estaba vendiendo en la puerta de su domicilio frutas de la temporada como chinas y mangos, a fin de tener algunos centavos y apoyarse económicamente.
Don Rufino platicó que llevaba más de 15 años dedicándose a vender frutas de la región en la esquina del parque Juárez, pero ante la situación que se vive por la pandemia fue retirado de ese lugar y como no puede salir a las calles se vio en la necesidad de instalar una mesita en la puerta de su hogar para comercializar sus productos.
“La situación está muy difícil, no hay buenas ventas, no es lo mismo como vender en algún lugar céntrico que en la puerta de mi casa, pero sale para la comida, a mi edad no puedo realizar algún trabajo pesado, de lo que obtenga en mis ventas es lo que me ayuda a subsistir. Vivo solo, mi hijo de vez en cuando me viene a visitar, pero le doy gracias a Dios porque estoy sano y aunque sea de este trabajo puedo obtener algunos centavos”, expresó.
Por Raquel Margarita Huerta