Un verdadero desborde de fe y devoción a distancia se vivió ayer en esta población, al celebrarse la misa y la procesión en camioneta en el marco de las festividades patronales en honor a San Bartolomé Apóstol, cuidador de poco más de 16 mil habitantes devotos a la imagen.
La celebración fue muy diferente a la que se ha vivido en años anteriores, pues atrás quedaron las multitudinarias procesiones con cientos de personas y visitantes, y en esta ocasión el día del santo patrono se tuvo que celebrar desde sus casas, ante la pandemia del coronavirus.
Desde las cinco de la madrugada, los voladores y demás fuegos artificiales se escucharon en el cielo y las familias comenzaron a decorar las puertas de sus viviendas con la imagen de “San Bartolito”, globos, arreglos florales y veladoras, pues el día tan esperado había llegado.
La misa oficial para celebrar al santo patrono se realizó a las 10 de la mañana y sólo contó con un reducido número de personas, las cuales tuvieron que tener puesto el cubrebocas, mantener la sana distancia y pasar por los filtros de acceso en la que también se tomó la temperatura corporal.
En su mensaje a la grey católica que sintonizó la celebración por las redes sociales, el párroco Rafael May Barrera invitó a las personas a vivir esta fiesta de fe en sus corazones y mantener las medidas sanitarias dictaminadas por las autoridades estatales y locales, con la finalidad de evitar aglomeraciones.
A las 11 de la mañana, desde lo lejos se pudo escuchar el reventar incesante de los voladores, el cielo se llenó de algunos globos multicolores y las campanas de la iglesia comenzaron a repicar, lo que “encendió” el corazón y el ánimo de los devotos.
Con un cuadro decorado de cientos de flores de diferentes colores, la imagen de San Bartolomé Apóstol inició el recorrido por sus nueve capillas ubicadas en diferentes colonias y barrios, en un lapso de tiempo que duró poco más de tres horas.
Algunas personas adultas que conocen mucho más la historia de este municipio, relataron que nunca se había visto que la imagen llegara hasta esos rincones del pueblo, por lo que si bien es cierto que la pandemia ha traído muchos cambios en la celebración de los actos de fe, también propició que San Bartolomé recorriera hasta elúltimo rincón de la comunidad.
La procesión en caravana tuvo su primera parada en el Santuario Guadalupano y tras pasar por sus nueve capillas en las colonias, concluyó poco antes de las dos de la tarde en la iglesia principal, donde algunas personas ya lo esperaban con aplausos, globos y flores.
Para algunas personas, la emotividad fue muy significativa, pues uno que otro dejó derramar alguna lágrima de nostalgia, pues la añoranza de que la fiesta se viva como antes todavía perdura entre cientos de familias.
Chicos y grandes salieron a las puertas de sus casas y algunos se acercaron a las esquinas para ver, por lo menos “de lejitos” al cuidador del pueblo. Las porras, los aplausos y las alabanzas no faltaron, el pueblo se mostró nuevamente unido como cada año para celebrar su fe.
Al final de la procesión, el cura agradeció la participación y responsabilidad de cada una de las familias y se permitió el acceso de algunas personas que formaron filas a las puertas de la iglesia y quienes tuvieron oportunidad de visitar a la imagen en su altar para rezarle.
Enrique Chan