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Yucatán

Adultos mayores salen a las calles de Mérida para buscar sustento

Fernando Valencia ha pedido apoyos en diversas instancias de gobierno para poder mantenerse, Freddy Caldera repara electrodomésticos en las calles de Mérida.
Fotos: Óscar Suaste
Fotos: Óscar Suaste

El oficio de trailero es muy bonito y permite ganar dinero, pero al paso del tiempo te pasa la factura, porque de tanto enclotchar se daña la rodilla y entonces, o te operan o tendrás que andar en muletas.

Eso explicó un adulto mayor, don Fernando Valencia Pérez, nacido en Michoacán hace 68 años y avecindado en Mérida desde hace 22, quien cansado de peregrinar por las oficinas de gobierno federales y estatales para pedir que lo apoyen, camina ahora por los paraderos de camiones del centro con el mismo fin y mejor suerte gracias a que allá sí encuentra gente piadosa, lo que le permite ir sobreviviendo.

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Su relato, ofrecido en la víspera del Día del Abuelo, pone en evidencia que si bien en Yucatán, como todos sabemos, la vida no es fácil, resulta mucho más difícil para los adultos mayores:

"Fui a la Sedesol y no me está apoyando en nada, fui a pedir medicinas, pero como perdí el INE no me dieron nada. Les dije que me lo van a dar el día 14, pero me dijeron que no pueden hacer nada. Luego fui al DIF a pedir apoyo y nunca me dieron nada. Al Palacio de Gobierno fui 3 veces y tomaron mi nombre, pero tampoco me ayudaron, el único que me ayudó, con una despensa, fue el Ayuntamiento".

Don Fernando contó que durante 27 años fue militar y trabajaba en Los Pinos, pero salió de allá y se metió a trabajar como chofer de tráileres y camiones, donde hizo 25 años. Su vida, como suele suceder, fue dando muchas vueltas y ahora, por la enfermedad de su rodilla a principios de año se vio sin trabajo -y sin ingresos-, y para colmo le robaron todo lo que tenía en una casa que alquiló durante muchos años, llegó el momento en que no tenía dinero y es la razón por la que anda pidiendo el apoyo de la gente.

"No tengo vicios –comenta– lo que pido es para comer, para mi medicina que cuesta 430 pesos una, y 283 la otra, y para pagar mi renta".

Antes esa medicina don Fernando la conseguía más barata en el Centro de Salud, pero ahora no la tienen allá por el problema de la pandemia, y por esa misma causa fue atrasada la operación del menisco de la rodilla izquierda que le iban a hacer y le ofrecen que se la reprogramarán cuando pase el COVID. El problema es que en tanto eso sucede él necesita medicinas y comida, y no tiene quien lo ayude. Cuenta asimismo que cuando fue a ver al doctor y le dijo cuál era su oficio, le respondió:

–No me digas más, es tu rodilla izquierda lo que te duele.

–Sí.

–Es por tanto clutch.

Y claro que es por eso, porque desde 1990 estuvo andando en trailer y autobús, y apenas este año dejó ese oficio porque al lastimarse la rodilla la empresa lo corrió.

Habla 8 idiomas

Descansando en sus muletas recuerda que estuvo dos años haciendo 1,200 kilómetros diarios, y después estuvo con el autobús cerca de 4 ó 5 años haciendo el circuito más largo que hay por acá que es de Oaxaca a Cancún, en el que se lleva durante 9 días a las mismas personas. Y al regresar, ya con otras personas procedentes de Cancún, las llevaba un día para visitar Montealbán, y de allá los trasladaba al aeropuerto de Oaxaca para que abordaran el avión a México.

Luego esperaba otro grupo de diversos países para llevarlo a Cancún, tarea que se le facilitaba porque, a diferencia de otras personas que optan por pasar su vida en forma ociosa, él se puso a estudiar y eso le permitió hablar 8 lenguas, y escribir 4: alemán, italiano, portugués, francés, austriaco, español, y dialectos de Suiza.

Por eso dice que su esperanza es que después de que lo operen pueda trabajar en una agencia de viajes, donde sería muy útil, o tal vez podría seguir trabajando como chofer, porque puede manejar sentado, lo que no puede hacer es sostener su cuerpo con la rodilla. Otra de sus opciones es irse a vivir a Suiza, país donde tiene amigos y podría trabajar ganando muy bien, porque allá sí dan trabajo a los adultos mayores.

El teléfono de don Fernando, por si alguien hoy, en el Día del Abuelo, o después, quiere ayudarlo, es: 9981 04 122 88.

Reparador ambulante de electrodomésticos

Otro adulto mayor, éste con experiencia en la reparación de aparatos eléctricos del hogar, don Freddy Alberto Caldera Contreras, se las ingenia en estos días para ofrecer un servicio ambulante de reparación de ventiladores, licuadoras y lavadoras sencillas.

Y lo más curioso es que lo hace no solo en el domicilio, sino hasta en la banqueta, como se puede ver en la foto que le tomó Óscar Suaste en la calle 54 por 69, frente al Mercado de San Benito, donde don Freddy, reparando el embobinado de un ventilador, dice que lo único que no compone “es lo que tenga que ver con lo que contiene tabletas, circuitos integrados y todas esas otras cosas”.

"Pero electricidad sí lo sé hacer", concluye.

Por Roberto López Méndez

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