Ba’ax ti ji’aankeché, que en español quiere decir “¿en qué te puedo ayudar?”, son algunos vocablos que elementos mayahablantes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) utilizan día a día para atender las llamadas que en idioma maya llegan al 911 en la Unidad de Monitoreo e Inteligencia Policial (Umipol), son también muchas las experiencias de estos uniformados que prestan ayuda a la distancia; el común denominador de estos agentes es su profundo arraigo y orgullo por el idioma de sus ancestros.
Llamadas de auxilio, mediación en conflictos, intervención en momentos de crisis e inclusive apoyo durante el parto son situaciones que atienden los elementos de la Umipol y que se vuelven, en ese sentido, un puente entre el mayahablante y un entorno extraño vía telefónica.
“Hay muchas historias que nos ha tocado escuchar, sobre todo ahora con lo del COVID-19, hemos tenido que asesorar a ciudadanos que hablan maya sobre los síntomas y cuidados que deben tener ante la enfermedad”, compartió el oficial Danny Ku Pool.
El uniformado recordó que durante este tiempo de contingencia sanitaria derivado de la pandemia le tocó atender el llamado de una señora de 52 años originaria de una comisaría de Muna, que únicamente hablaba maya. Comentó que la persona se oía desesperada, pues según relató tenía fiebre, gripe y sus hijos la mantenían aislada como precaución, eso sí con un teléfono a mano, al no saber qué hacer la afectada marcó el 911; luego de recabar datos y tranquilizar a la señora, el oficial pudo deducir dónde mandar el apoyo médico, ya que en el interior del Estado las referencias físicas como iglesias, árboles, casas u otros elementos sirven para orientarse, más allá de la dirección con número de predio.
“Logramos apoyar a la señora, no sabíamos dónde estaba, pero por su explicación en maya dimos con ella, la trasladaron a la cabecera municipal para ser atendida en un hospital, eso fue muy satisfactorio para mí”, compartió.
Por su parte, la oficial María Cauich Tamayo indicó que también en momentos de pandemia, cuando las personas se encuentran confinadas y estresadas, le ha tocado ser mediadora para evitar enfrentamientos, todo a distancia; sus herramientas son el teléfono y el poder de convencimiento para privilegiar el diálogo. La policía dijo que tomó una llamada de Chemax, fue un disturbio familiar, unos hermanos se encontraban discutiendo por unos terrenos, “a punto de agarrarse a machetazos”.
Cauich Tamayo comentó que la carrera era contrarreloj, lo lejano de la localidad obligaba a convencer a las partes a tranquilizarse y dialogar, situación que al final se pudo resolver.
“Al final llegaron a un acuerdo, se pudo evitar una tragedia, esa son algunas de las situaciones que me han tocado”, comentó.
Carolina Matú Santana, que también atiende llamados de emergencia en maya, expuso que al igual que su compañero Danny le tocó atender a una persona con síntomas de COVID-19 y, debido a que la ciudadana no hablaba español, el personal de su centro de salud desconocía sus dolencias, al final con el apoyo de la oficial la pudieron canalizar con un profesional de la salud también mayahablante para que comprendiera sus malestares.
“Es muy bonito ayudar a una persona y que luego reciba la ayuda”, opinó.
Mario Chin Rodríguez indicó que le tocó atender la llamada de un adulto mayor, una mujer de 75 años de edad que también presentaba síntomas de COVID-19, además que tenía historial de diabetes e hipertensión arterial, por lo que era particularmente riesgoso el caso, finalmente se le pudo atender.
“Cuando la persona ya está recibiendo atención es un sentimiento muy bonito, porque en mi caso atiendo las llamadas como si la otra persona fuera mi familiar”, aseguró.
Javier Tun Huchim expresó que ha tenido muchas experiencias con el 911, como el resto de sus compañeros. Tal vez ayudar para que un nuevo ser venga al mundo es una de las más gratificantes que ha tenido, este conocimiento no es improvisado, el oficial en su juventud fue paramédico y justo esa experiencia le permitió realizar su trabajo de la mejor manera, sobre todo dirigido a la comunidad mayahablante.
“Yo me siento orgulloso de hablar maya, fui uno de los primeros que prestó el servicio en maya en el 911, cuando uno atiende a su comunidad se siente bien porque sabemos que la persona que está al otro lado del teléfono también se siente apoyada por el simple hecho de tener el mismo idioma”, sentenció.
Danny, Mary, Carolina, Mario y Javier son parte del equipo que atiende y comprende a la población maya que marca el 911, reflexionan sobre su labor, agradecen la oportunidad de ayudar a la distancia a quien como ellos se comunica en una lengua viva y vigente.
Por Guillermo Castillo