Las consecuencias de un “Embarazo no planificado en adolescentes” causan efectos mucho más graves de lo esperado y con ello situaciones que afectan a la familia de los involucrados.
Así que de acuerdo al alto índice de casos que se presentan, se tomó la decisión de instituir el 26 de septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes.
La idea de celebrarlo es con el fin de educar a los jóvenes sobre los métodos anticonceptivos eficaces y su importancia; pero su mensaje no se basa exclusivamente en evitar los embarazos no deseados, sino también para prevenir el contagio de enfermedades venéreas y el conocimiento sobre el desarrollo de su propio cuerpo.
La Dra. Xóchitl Cabrera T. titular del Departamento de Medicina Reproductiva de la Jurisdicción Sanitaria No. 2, señaló que como se sabe, el 26 de septiembre a nivel nacional y mundial se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes, el cual se instauró en nuestro país en el año 2006 y que hoy en día constituye un problema de origen multifactorial que amplía las brechas sociales, alterando el proyecto de vida de la adolescente embarazada y de su entorno familiar con repercusiones en su salud y desarrollo psicosocial.
En el mismo orden, la Secretaría de Salud a través del Centro Nacional de Equidad y Género y Salud Reproductiva (CNEGSR) se suma a las acciones implementadas por el ENAPEA ( Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo No Planeado en Adolescente) con la meta de reducir a la mitad los embarazos en adolescentes de 15 a 19 años de edad y erradicarlo en menores de 15 años en una proyección al 2030, estas acciones se realizan con el apoyo de las organizaciones de la sociedad civil e instituciones académicas.
Externó que en cuanto a los datos estadísticos que se tienen a nivel jurisdiccional, en el 2019 se presentaron un total de 228 embarazos; 9 en menores de 15 años y 219 en adolescentes de entre 15 y 19 años. Para el 2020 a la fecha se tiene registrado un total de 190 embarazos, de los cuales, 7 son menores de 15 años y 183 en adolescentes de entre 15 a 19 años.
Agregó que para reducir esta tasa de incidencia, la Secretaría de Salud cuenta con un programa enfocado a los y las adolescentes que se llama Servicios Amigables para Adolescentes, que son espacios diseñados especialmente para proporcionarles atención en materia de salud sexual y reproductiva, de acuerdo a sus necesidades particulares. Estos servicios se encuentran ubicados en las unidades médicas de la Secretaría de Salud y proporcionan información, orientación, consejería, atención médica, atención psicológica y dotación de métodos anticonceptivos.
Actualmente, la Jurisdicción Sanitaria cuenta con 21 Servicios Amigables, que a su vez trabajan con 18 escuelas con apertura para el trabajo en conjunto. Asimismo, se cuenta con 517 brigadistas juveniles, que son adolescentes que pertenecen a alguna de estas 18 escuelas y que apoyan a realizar actividades con el psicólogo y trabajador social que se encargan de coordinar todo el programa de Servicios Amigables.
Dentro de las actividades figura el de impartir temas relacionados a: Los Derechos Sexuales y Reproductivos de los Adolescentes, Cambios fisiológicos en la adolescencia, Violencia en el noviazgo, Embarazos No Planeados, Proyecto de Vida, Prácticas sexuales de riesgo y doble protección, Métodos de Planificación Familiar, Enfermedades de Transmisión Sexual, Bullying en la adolescencia, Mitos de la sexualidad e Higiene sexual, todo esto dentro de un marco normativo y respetando creencias. Algunos temas son datos por personal médico y aterrizando conceptos.
Actualmente estas actividades son afectadas por la pandemia del COVID-19 ya que no se cuenta con asistencia escolar y la gran mayoría de nuestros adolescentes no cuentan con un servicio de Internet en sus comunidades; solo podemos saber de ellos cuando requieren una atención médica, que a su vez está limitada por acudir con un familiar lo que hace que el adolescente no se exprese y no manifieste sus necesidades.
La finalidad es educar y que los adolescentes tengan las herramientas para poder decidir cuándo y cuántos hijos tener, prevenir las enfermedades de transmisión sexual, evitar la violencia en el noviazgo y ser víctima de embarazos por violación.
Cabe mencionar que una adolescente embarazada tiene mayor riesgo de complicaciones, puede presentar: partos pretérminos, infecciones de vías urinarias, estados hipertensivos y la tasa de cesáreas como resolución final del embarazo es más alta. Por lo tanto, en su atención en las unidades médicas se considera el embarazo en adolescente como de alto riesgo. Además en cada atención se debe poner énfasis para poder diagnosticar casos de posible violencia, ya que estos no son externados por la o el adolescente y de ser detectados se cuenta con un equipo multidisciplinario para su atención.
Ariel Sánchez