"Desde que los yucatecos abrimos los ojos, lo hacemos en una hamaca y cuando dejamos este mundo lo hacemos en una, señaló una frase muy popular en la Entidad, siendo muchos de estos cómodos ornamentos fabricados en este municipio", dijo Rodolfo Escobedo, quien ya tienen 32 años al frente de un negocio que inicio su abuelo, Liborio Escobedo, y después se siguió su papá, Alfonso Escobedo.
Dijo sentirse orgulloso de formar parte de este legado y ser parte de la tercera generación de hamaqueros y actualmente se forma una cuarta, ya que sus hijos ya le toman el gusto a las hamacas.
Este municipio se caracteriza por la fabricación de las hamacas y una sola comercializadora puede generar unos doscientos empleos entre urdidores.
Comentó el entrevistado que en esta labor también se cuentan las personas que embrazan y aunque hay bastante producción local también se comercializan las que confeccionan manos artesanales de las comisarías de los municipios tanto de oriente, sur y centro del Estado.
“Nuestro municipio es conocido por sus hamacas y es líder importador de hamacas del estado, aunque mayormente son adquiridas por gente que viene de otros municipios y parte de la región del sureste como son Campeche y Quitana Roo”, comentó.
Señaló, además, que la pandemia fue terrible para este rubro económico, ya que hubo producción, pero no hubo mercado para comercializar.
“Iniciando el año –dijo- las ventas están bajas, ya que muchos que llegaron de vacaciones ni se llevaron sus hamacas y en esta primera quincena de mes las cosas no han pintado como debería ser para nosotros”.
Comento finalmente que volver al Semáforo Rojo y el cierre de negocios no esenciales sería un duro golpe para ellos, por lo cual hay que extremar las medidas de higiene y las reglas que marca la Secretaria de Salud.