Tras la denuncia pública que hizo sobre la calidad del cemento Magno, el ingeniero Darío Poot lamentó que las autoridades estatales como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ignorara la queja, ya que no solo se pone en peligro la obra, sino la salud de los albañiles.
El pasado 18 de diciembre expuso la llegada de un nuevo cemento a la entidad, la cual generaba duda sobre su calidad, ya que, según albañiles y constructoras, no cumple con los estándares químicos para usarlo en las diferentes obras.
Cabe recordar que un hecho similar se suscitó con la llegada de cemento de origen egipcio hace dos años, donde, a pesar de existir una queja ante la Profeco, la Secretaría de Salud y la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (en ese entonces), no se tuvo una respuesta favorable.
La denuncia hecha por el señor Juan Moo, de oficio albañil, quien el 27 de enero acudió a las dependencias antes mencionadas para exponer los daños causados en la piel de sus compañeros por el uso de este insumo de la construcción.
Lo anterior no tuvo respuesta, al menos, eso expuso el mismo quejoso a dos años de lo ocurrido.
Raúl Pérez Euán es otra persona que denunció lo ocurrido con el cemento, pero poco se hizo, comentó.
Por su parte, el ingeniero Darío Poot dijo haber acudido a la Profeco para interponer una queja, pero debido a las fiestas decembrinas las oficinas se encuentran cerradas.
JG