La explosión de una bodega con pirotecnia cobró la vida de un matrimonio de la tercera edad ayer por la madrugada en el barrio de San Enrique, en Ticul, Yucatán.
En el accidente fallecieron Carlos Brito y su esposa Teresa de Jesús Chab, ambos mayores de 60 años y propietarios del predio, quienes desde hace décadas se dedican a la elaboración de todo tipo de fuegos artificiales. Colonos señalan que eran muy conocidos en todo el estado y en el municipio, debido a que fabricaban voladores (cohetes), además de que almacenaban fuegos pirotécnicos como bombitas y petardos que serían comercializados para la temporada navideña venidera.
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Los sexagenarios acostumbraban resguardar en estas fechas la pirotecnia en varias bodegas.
Según el reporte de los agentes, habitantes que viven cerca del predio en la calle 17, por 34 y 36, salieron de sus hogares tras cuatro explosiones, según sus comentarios, pensaban que era un temblor, otros que era un atentado, distinguiéndose entre la oscuridad de la noche el resplandor que se formó luces y colores en el cielo.
Durante los primeros momentos, luego de la explosión, arribaron al sitio tres ambulancias para atender a los posibles heridos, mientras la Policía Municipal y Estatal desalojaba a personas de los predios cercanos al lugar, en previsión de que pudieran suscitarse otros estallidos.
Vecinos relataron que los Bomberos de la Secretaría de Seguridad Pública, tardaron casi una hora en apagar el incendio, siendo una de las causas la disponibilidad de agua, pues a la media noche se desactivan las bombas.
Luego de controlar el incendio, los abuelitos, identificados como Teresa de 66 años y Carlos de 67 años de edad, tuvieron un cruel final, ya que fallecieron calcinados.
En el predio, conformado de dos piezas, se encontraron los dos cuerpos carbonizados, uno cerca de la puerta principal y el otro en medio del cuarto.
De acuerdo con el reporte de las autoridades, también se mencionó que se consumieron motocicletas y diversos enseres domésticos en el predio donde fallecieron los propietarios del lugar.
Confiscan pólvora y pirotecnia en otra bodega
La familia Brito tiene un par de predios donde guarda la pirotecnia, uno en la calle 17 por 34 y 36, donde sucedió el siniestro y otro en la 13 por 34 por 36. En esta última bodega, poco después de las 12:30 del día personal de la Guardia Nacional, en coordinación con elementos del Ejército, Policía Estatal, Municipal y Protección Civil, procedieron a incautar los artículos de pirotecnia aún resguardada en este segundo predio ubicado en San Joaquín.
Aunque no se pudo precisar el monto de lo incautado, vecinos señalaron que este sería un golpe muy duro para la familia de Carlos Brito, ya que aunado a la pérdida de sus seres queridos y el costo de lo que se quemó, al serles decomisadas sus mercancías, prácticamente se quedarán en la calle, ya que apenas salían de la mala racha que les supuso la pandemia del COVID-19, tiempo durante el cual sus productos tuvieron muy poca demanda, por lo que percibían la llegada de estas fechas con mucha ilusión, por la alta demanda de productos desde septiembre y hasta diciembre.
Asimismo, vecinos indicaron que, hace poco más de 20 años sufrieron un accidente similar en la calle 21 por 30 y 32. En esa ocasión tuvieron que desahogar la bodega a la entonces periferia de la ciudad, debido a que, ante la inminente llegada de las fiestas decembrinas y los gremios de octubre en Ticul, necesitaban almacenar sus productos para poder cubrir su demanda durante esas fechas.
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JG