Yucatán

Granjas de cerdos, el peor enemigo del agua en Yucatán: Activistas mayas

Tras urgir la necesidad de vigilar el funcionamiento de granjas de cerdos en Yucatán, activistas mayas piden se elabore la Ley de Agua en el Estado
En el Foro Parlamentario Abierto, celebrado ayer, se expuso que en Yucatán hay 410 criaderos, que albergan a 50 mil puercos / Martín Zetina

Durante el Foro Parlamentario Abierto para la elaboración de una Ley de Agua en el Estado, activistas mayas y miembros de organizaciones civiles reiteraron en la urgencia de que se vigile el funcionamiento de las granjas de cerdos que hay en la entidad, debido a la contaminación que provocan las excretas y orines en el manto freático.

En la reunión estuvo presente Teresa Denegre-Vaught Charruf, representante del Consejo Ciudadano por el Agua en Yucatán, quien comentó que los intereses de por medio provocan que no haya una Ley de Aguas en el Estado que priorice el derecho humano al agua con acciones, en donde se anteponga a las comunidades indígenas que están relegadas en el cuidado del recurso.

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Aseguró que le preocupan que se priorice el crecimiento, cuando se debe aprender que el planeta tiene límites, por lo que insistió en que no se puede crecer igual.

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“La ética es urgente en política y en la academia (científicos), porque hablamos muy bonito, pero las acciones distan mucho de ser congruentes”, mencionó la exponente durante el Foro. 

En ese sentido, Denegre-Vaught Charruf aseguró que no entiende cómo en Yucatán hay más de 410 megagranjas, cada una con más de 50 mil cerdos, las cuales generan una gran contaminación al acuífero. Motivo por el cual, insistió que no hay forma de que esa industria sea sustentable, ya que se tiene conocimiento de que no hay estudios de impacto ambiental con esos proyectos.

“Esto nos parece una mafia, porque hay una complicidad entre el gobierno y los empresarios, no hay ética y se está poniendo en juego la salud de la gente y la biodiversidad. Es una responsabilidad de todos, pero obviamente tienen mayor responsabilidad quienes más contaminan y extraen el agua”, mencionó la representante del Consejo Ciudadano por el Agua en Yucatán.

Denegre-Vaught Charruf aseguró que han hecho una propuesta de ley, para que “no sólo se escuche bonito el término de sistema kárstico que hace vulnerable los acuíferos de la región”. Motivo por el cual señaló que no se pueden tener granjas de cerdos en zonas naturales protegidas, aunado a que se instalan en territorios mayas sin hacer consultas.

Por lo anterior, puso de ejemplo de que uno de los motivos por el cual los países asiáticos no cuentan con granjas de cerdos, como hay en Yucatán, es porque no quieren contaminar sus aguas.

“No podemos seguir haciendo como si no pasara nada y por eso la academia (científicos) nos debe un poco más de participación con ética y también los empresarios”, dijo durante su participación.

Por su parte, Alberto Rodríguez, miembro de Consejo Maya del Poniente Chik’iin ja’, señaló que la contaminación que pueden provocar los criaderos de cerdos puede acabar con la belleza natural de Celestún. En ese tenor, aseguró que actualmente pueden ser vistos más de 100 flamingos, lo cual es preocupante, ya que, según él, hace cinco años se veían a unas 25 mil aves.

Piden incluir a los pueblos originarios

Ante los atropellos hacia las comunidades mayas con el tema del cuidado del agua, exhortó que, si se va a elaborar una Ley de Aguas en Yucatán, que sean incluidos los pueblos originarios porque el conocimiento del recurso es de su saber y no de los políticos.

“Nosotros por herencia milenaria sabemos cuándo o no tomar agua”, mencionó.

“Las granjas de cerdos son el principal enemigo de Yucatán, del agua. Están atentando contra nuestras vidas. Yo he pedido muchas veces, para la granja que está en mi pueblo, que se nos permita una comitiva de científicos, políticos, ambientalistas y pueblos mayas, entrar y vayamos donde Kekén descarga sus aguas residuales”, mencionó el exponente.

Agregó que, con lo anterior, se podría acabar la polémica que gira en torno con las granjas, ya que si el resultado dice que el agua es tratada y no contamina, “nosotros nos callaremos la boca y aplaudiremos la actividad, pero si comprobamos que contaminan el manto acuífero, nos corresponde a toda la sociedad yucateca hacer algo al respecto”.

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JG