Durante el día de finados, pese a ser lunes, ciudadanos de Teabo, Sinanché, Kanasín, Seyé, Sotuta y Tizimín llevaron flores y encendieron veladoras en los osarios de sus seres queridos. Sólo durante el día de ayer los camposantos municipales registraron la llegada de más de 70 personas de manera escalonada desde las 8:00 hasta las 17:00 horas.
Es en estas fechas cuando habitantes acuden mayormente a los cementerios para reafirmar el vínculo de respeto hacia los suyos, donde relatos e historias externadas entre sollozos hacen eco en el silencio y soledad que reina en el lugar.
En la Ciudad de Reyes más de 250 personas acudieron al panteón y durante el transcurso del día los ciudadanos limpiaron, pintaron tumbas y encendieron velas para después orar por unos minutos.
Altares de muertos
En la intimidad de los hogares, numerosas familias católicas de las poblaciones de Chumayel, Acanceh y Hunucmá, cumplieron fielmente a la tradicional celebración del Hanal Pixán a través de rezos y viandas en memoria de los adultos con “U Janal nukuch maak”, conocida como la “comida de los adultos”.
En Chumayel, así como en otras poblaciones del interior del Estado, el culto a los difuntos se realiza del 31 de octubre al 2 de noviembre, fecha en que los católicos ofrecen alimentos a sus parientes, quienes, de acuerdo a las creencias ancestrales, llegan en espíritu para la convivencia.
En Acanceh el tradicional Chilmole (relleno negro) fue una de las viandas que se depositaron en los altares al conmemorarse el día las ánimas grandes. En tanto que en Hunucmá las familias se reunieron para realizar el trabajo colaborativo de cavar el hoyo para enterrar los pibes y colocarlos en el altar.
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JG