En el marco de la develación de placa por los 200 años de historia, cultura y tradición del Cementerio General de Mérida, se anunció que se retomarán las serenatas que se realizaban en la Rotonda de los Hombres Ilustres, lugar donde descansan los restos de grandes músicos yucatecos.
Dicho acto protocolario conmemorativo por el bicentenario de su fundación se llevó a cabo al final de la avenida principal del panteón, único que a pesar de los años de fundado sigue funcionando como tal.
Raúl Enrique Rivero Canto, coordinador del Comité Científico Nacional de Ciudades y Pueblos Históricos de México perteneciente al Consejo Internacional de Monumentos y Sitios dio a conocer que con este evento concluye el simposio académico “200 años del Cementerio General de Mérida”, efectuado de manera virtual del 20 de octubre al 3 de noviembre.
Rivero Canto recordó que la puesta en marcha de este panteón en 1821 fue considerado para su tiempo una medida impopular, ya que la gente con recursos económicos solía ser enterrada en las iglesias, por lo que les disgustó la idea de ser inhumados fuera de los templos religiosos y mezclados de toda clase social, por lo que en el sitio se encuentran restos de gente de todas las ideologías, en un ambiente de tolerancia y gran diversidad y que además ha sido considerado Zona de Patrimonio Cultural desde el 2013.
Rivero Canto comentó que este cementerio es de los pocos que en América se han mantenido activos ininterrumpidamente, debido a que su arquitectura funeraria es fundamental porque es un espacio sagrado al reunir en él los sentimientos de la gente y el lugar donde la Ciudad vuelca sus emociones.
“Hay otros monumentos que son valiosos por ser artísticos, pero el cementerio además de ser histórico y artístico es querido, además de un ejemplo que da la Ciudad de los muertos, en el cual todas las ideologías y personas caben y conviven”, mencionó.
Indicó que deben realizarse en el sitio actividades culturales compatibles con el lugar para que los vivos lo valoren a la par de su uso funerario, sobre todo en una época en la que parece que las personas no comprenden el valor de los monumentos históricos.
Rivero señaló que debe seguir realizándose en el lugar su función funeraria, siempre y cuando se controle lo que se pueda hacer para cada espacio, pues hay tumbas que por su arquitectura pueden seguir usándose, pero otras no por su valor arquitectónico.
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JG