Hace casi 150 años, a mediados de 1874, existió un proyecto que nunca se llevó al cabo: extender el ramal de la vía férrea Umán-Hunucmá hacia el puerto de Sisal, a raíz del auge en las exportaciones de henequén que se hacían en ese lugar histórico.
Según el contenido del libro “Breves Datos Históricos y Culturales del Municipio de Hunucmá”, del Cronista de la Ciudad, Anacleto Cetina Aguilar, en aquel entonces se habló mucho de ese proyecto, que haría llegar el ferrocarril al ahora Pueblo Mágico de Sisal.
Incluso un grupo de entusiastas empresarios, encabezados por Felipe Ibarra Ortoll, inició las gestiones para la mencionada vía, haciendo hincapié en que por el intenso movimiento de carga que se realizaba en Sisal era necesaria la obra mencionada.
Sin embargo, en aquel entonces, los partidarios de un pequeño caserío conocido como “El Progreso”, que estaba encabezado por Juan Miguel Castro (fundador del puerto yucateco de Progreso), disputaban con Sisal el privilegio de ser el primer puerto de Yucatán.
En ese tiempo el argumento, válido para ellos, fue que la distancia menor de la capital yucateca con la costa era el ahora puerto de Progreso, como a final de cuentas ocurrió.
Los intereses creados en Sisal por Ibarra Ortoll y los suyos se vieron, entonces, amenazados por los de Juan Miguel Castro, pues a nadie se ocultaba que en ese tiempo la “muerte de Sisal” sobrevendría inmediatamente al erigirse El Progreso, en puerto de altura.
Tiempo después, el Presidente Benito Juárez otorgó la categoría de villa a Progreso y, posteriormente, se organizó la división municipal de Yucatán, pasando Sisal a depender del Ayuntamiento de Hunucmá, consumándose lo que algunos llamaron “una venganza política” por el recibimiento tributado en el ahora Pueblo Mágico a la Emperatriz Carlota.
El ferrocarril, según se lee, venía por la vía que partía de Umán, pasando por Dzibikak y la comisaría de Texán Palomeque. En la cabecera municipal de Hunucmá había dos estaciones, una de las cuales se ubicaba en lo que ahora es la Escuela Secundaria “José León Bojórquez García”, en la colonia Baltasar Ceballos, y lo que ahora es la Casa de la Cultura, frente al parque principal.
Finalmente, la decadencia de los ferrocarriles en esta región sobrevino al establecerse el servicio de autobuses entre Hunucmá y la ciudad de Mérida, lo que ocurrió en 1946.
SY