Por cada 10 loros saqueados, mueren 8. Las 8 especies de loros que habitan en la península de Yucatán se encuentran amenazadas; es ilegal adquirirlas, transportarlas o mantenerlas en propiedad privada, la sustracción de estos ejemplares de su hábitat natural no sólo incide en la afectación de los propios ejemplares, sino que dejan de cumplir con su rol ecológico.
Los psitácidos son aliados contra el cambio climático, son dispersores de semillas, reformadores naturales, su pico está adaptado para sacar semillas, lo cual permite que las selvas o bosques perturbados se regeneren, buscan frutos con determinada madurez para consumir, quitan hojas; esto facilita que las plantas pequeñas se desarrollen y tengan la posibilidad de crecer, asegura la bióloga Claudia Ham Vega.
Otra de las afectaciones es que para la captura de los loros, muchas veces se tiran árboles para alcanzar a los polluelos, debido a que estas aves anidan en las copas, incluso, llegan a matar a los padres para poder llegar a ellos. Aunado a eso, los ejemplares sufren de anemia, mala alimentación, son maltratados, incluso llegan a romperles el pico con tal de continuar con el tráfico de estas especies, comentó Ham Vega, quien trabaja en el Parque Zoológico Animaya, que funge como Unidad para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (UMA), de manera que ha constatado el mal estado en el que llegan los individuos tras ser decomisados.
“Llegan con el pico roto, con desnutrición, plumando, trabajamos en el rescate de animales, es traumático para los polluelos estar sin sus padres, dependen de ellos. Llegan por temporadas, en junio y julio es común que lleguen polluelos producto de decomisos”, aunque durante todo el año aseveró que reciben a este tipo de ejemplares, “nadie refiere que lo compran, pero sabemos que generalmente eso hacen”, refirió.
Ante esta situación, la Dra. Vanessa Martínez García, directora del proyecto Santa María, comentó que lanzaron la campaña “No compres loros silvestres”, en alianza con otras 10 organizaciones de distintas partes de la República para la conservación de las aves.
“Iniciamos hace una semana porque es el inicio de temporada de reproducción de esta especie, y es cuando más se da el saqueo de crías, lo que queremos es llegar a las comunidades donde se da esta actividad, mostrarles la campaña, promover actividades de educación ambiental, mostrarles videos y pósters”, comentó Martínez García.
Las comunidades para la atención en esta campaña por la extracción de aves, especialmente loros: son Xul, Yaxachen, Cooperativa (Emiliano Zapata), Huntochac en Oxkutzcab; Becanchén y Kantemó, en Tekax; Pustunich, en Ticul; Tigre Grande, Sacbecan y Escondido, en Tzucacab; San Simón, en Santa Elena; Muna; Petulillo y Progresivo, en Peto. Particularmente, en el Centro Sur del Estado es donde se da el saqueo.
Lamentablemente refirió que no cuentan con el recurso suficiente para esta estrategia, aunque “hay empresas que se están uniendo haciendo aportaciones y es lo que les va a permitir llegar a más comunidades, a partir de donativos”, señaló.
Sobre las personas que se dedican al tráfico ilegal de estas especies, indicó que “muchas de estas personas argumentan que es una forma de vida, un recurso para poder solventar sus gastos, pero no es válido, estamos pensando en llevar alternativas para obtener recursos sin dañar las aves, y enfocarlo al aviturismo”, comentó.
En este sentido, coincidió Ham Vega “un negocio más rentable es el aviturismo para preservar el hábitat de las especies, no hay nada más hermoso que ver a un ave volar libremente, podemos cambiar de saquear a preservar y aprovecharlo a través del turismo, se puede incluso encontrar a otras especies”. Se pronunció a favor de aprovechar sustentablemente y educar ambientalmente a las comunidades, así valorar la importancia de cada especie.
No son mascotas
Ambas biólogas recomendaron no adquirir loros “no hay loro que sea legal, comprarlo siempre será ilegal, están incurriendo en un delito federal y si saben de alguien que tenga, denuncien callar nos hace cómplices. Si no hay mercado, ya no hay comercio, la gente deja de ir a saquear, mientras la gente siga comprando van a seguir extrayendo, para bajarlos muchas veces tiran árboles, casi todos anidan en las alturas, es doble el daño”, refirió Ham Vega.
La Dra. Martínez García señaló que “muchas veces las condiciones en las que se encuentran en cautiverio son malas, son jaulas muy pequeñas en las que no pueden extender sus alas, no pueden volar, no se les da una alimentación balanceada, la semilla de girasol les aporta mucha grasa y como no se mueven tienen complicaciones que los llevan a la muerte, hay pocas aves que sí tienen el espacio suficiente, pero no tendrían que estar enjauladas.”
A quienes tienen alguna de estas especies, recomendó “ya no adquieran ningún otro, si tienen alguno, lo importante es tratar de darle las condiciones adecuadas, una alimentación balanceada, llevarlo a sus visitas con el médico veterinario, proporcionarles materiales que pueda desgarrar y desgastar para evitar el estrés en los ejemplares, porque ellos se empiezan a hacer daño se arrancan las plumas, son especies muy sociales, siempre andan en parvadas, andan rompiendo ramitas, por ellos es menester cambiarles las perchas y que estén siempre ocupados.”
A quienes entregan estas especies al zoológico, se les informa sobre educación ambiental “platicamos con los llamados donadores, pero no puedes hacer una donación de algo que no es tuyo, el animal fue saqueado, en realidad son entregas voluntarias, la mayoría sabe que es algo ilegal. Una vez un señor tenía dos loros, sus hijos eran scouts y los entregó, porque le comentaron que era ilegal la posesión de estas especies”, comentó la bióloga Ham.
Al centro de rescate Santa María han llegado diversos ejemplares, un caso fue el de un señor que murió por edad y la familia no se encargaba del loro, hay que hacer conciencia que este tipo de animales son muy longevos, puede que el dueño los tenga bien, pero fallezca y se quedan a su suerte porque los familiares no los atienden, después de 40 años no tienen un destino”, comentó la directora del proyecto, quien refirió que como organización tienen una UMA, hasta ahora cuentan con 60 ejemplares, loros la mayoría, en menor cantidad palomas, cardenales, dominicos, y periquitos australianos.
Finalmente, refirió que en la ciudad hay parvadas de loros de cabeza amarilla, que no son propias del Estado, “pensamos que se les han escapado y están en algunos parques, ellos prefieren las selvas menos perturbadas. Aunque son ejemplares mexicanos, no son endémicos de la región”, indicó.
Las biólogas piden a la ciudadanía que se una a la campaña “No compres Loros Silvestres”, piden cambiar la perspectiva de la afectación al ambiente a algo más amigable. En México hay 22 especies, todas están en alguna categoría de riesgo: 11 en peligro de extinción, 8 amenazadas y 3 bajo protección especial, acorde con la NOM 059 Semarnat 2010.
SY