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Luego de que en Puebla entró en vigor la ley de cambio de identidad de género, lo que significó un logro importante para las personas transgénero, Abigail Herrera, presidenta de Yucatrans, comentó que el Estado de Yucatán se ha enfocado más en el matrimonio igualitario y ha dejado a un lado lo realizado con la llamada “Ley Agnes”.
Mencionó que muchas Entidades han impulsado leyes para que el cambio de identidad de género sea una realidad y posteriormente aprueben los matrimonios entre personas del mismo sexo, ya que regularmente eso ha dado pie a que también sean abordados otros proyectos relacionados con los derechos de las personas trans y homosexuales.
“Creo que aquí nos hemos ido por otra vía, que nos tocó un Congreso donde desgraciadamente influyó mucho la presencia de grupos conservadores, así como congresistas que son de esta élite, pero lo que hay que hacer es cambiar la estafeta de matrimonio por cambio de identidad de género”, comentó la activista.
Señaló que ese cambio se debería dar porque es más flexible, más fácil de digerir y no está relacionada con una cuestión de dos seres humanos, sino más bien es un asunto de un cambio de identidad para personas que viven en realidades opuestas. “Esto es algo que podríamos trabajar con los diputados que tomarán posesión en septiembre”, dijo.
En ese sentido, señaló que la agrupación que representa ya cuenta con dos objetivos para la próxima legislatura en Yucatán, donde el primero será tener acercamiento con los diputados para dialogar sobre el cambio de identidad de género, ver que se vaya sola y no en paquete, así como explicarles cuál es la importancia de esta iniciativa local.
Abigail agregó que el segundo objetivo es buscar un diálogo con el municipio para que el trabajo sexual no sea visto como una falta administrativa, se legalice o se trabaje para que el Reglamento de Policía y Buen Gobierno sea flexible y así los trabajadores sexuales no sean detenidos por la policía.
Abigail Herrera dijo que en la Entidad realizar el cambio de identidad de género es un proceso complicado y burocrático. “Hay gente que ha logrado el cambio de nombre, pero no de género y prácticamente el Registro Civil no le dio el nombre que ella quería, le impuso un nombre. No se hizo lo que ella quiso en ese preciso momento”, indicó.
Mencionó que las personas que lo han logrado han tenido que pagar seis mil pesos para interponer amparos y esperar seis meses para el proceso legal, “cuando deberías ir al Registro Civil y no esperar mucho tiempo para hacer este tipo de trámites, sino solo pagar lo necesario”.
Asimismo, la activista declaró a este medio que el proceso legal dura al menos unos seis meses, para que ante el sistema, una persona pueda ser mujer u hombre. “Hay que dialogar, hay que sentarse a cabildear y platicar sobre este tema y demostrar hacia dónde vamos con este cambio de identidad”, comentó la presidenta de Yucatrans.
Finalmente, reconoció que hace falta sensibilidad, conocimiento y empatía hacia los grupos de diversidad sexual, porque todos los individuos son seres humanos que en un momento están dentro de un sistema y “prácticamente aquí, lo que debemos hacer es que el sistema sea más humano”.
JG