Algunos pobladores de San Fernando, comisaría de Maxcanú, denunciaron que la cercanía de la granja de cerdos de la empresa Kekén provoca mal olor en esta comunidad, debido a que el criadero se encuentra a menos de dos kilómetros de distancia, problemática que se agrava cuando llueve.
Una mujer de esta población accedió a hablar bajo el anonimato e informó que dicha peste que provoca la crianza de cochinos se siente regularmente y señaló que es mucho más penetrante cuando llueve.
“En tiempo de lluvias apesta feo y además nadie le dijo a la gente que se va hacer (la granja)”, declaró la mujer.
Este último comentario confirmó lo que Greenpeace reveló a través de su informe “La carne que está consumiendo al Planeta”, publicado en 2020, en donde mencionó que esta granja de cerdos está registrada como Agroindustrias Moba, S.P.R. de R.L. de C.V., aunque los pobladores indican que pertenece a la empresa Kekén.
Greenpeace sostuvo que, además de San Fernando, otra localidad de Maxcanú involucrada es la de Paraíso y, al respecto, agregó que en ninguno de estos poblados se realizó una consulta previa, libre e informada, como lo dejó entrever la entrevistada, quien, además, culpó al comisario de minimizar estas denuncias.
“Allá trabaja, por eso no dice nada del problema”, dijo la mujer en referencia a Bernardo Canul Cocom, comisario de esta comunidad. Tanto ella, como otros pobladores, dicen que los inconvenientes en la granja se perciben cuando se pasa de la puerta de acceso al criadero sobre la carretera que va hacia Paraíso.
Sin embargo, no todas las personas de este pueblo opinan lo mismo, así lo dio a entender otro testigo, quien, sin revelar su identidad, sostuvo que desde hace un año no se siente el mal olor y la última vez el pueblo apestó fue porque se descompuso la bomba del tratamiento de aguas negras de la granja.
“Mi sobrino me dijo que se descompuso la bomba de aguas residuales y empezó a salir el olor. Tuvieron que venir los técnicos para repararla y la dejaron bien”, indicó la señora, quien dijo no ha vuelto a sentir la peste.
De acuerdo con Greenpeace, esta granja sí cuenta con Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) y, aunque en 2020 todavía no rebasaba los límites establecidos por la Norma Oficial Mexicana (NOM) 001, la operación de este criadero llevaba meses y por la dirección de los flujos del agua subterránea el líquido podría estar en riesgo.
El documento agrega que el acuífero, en la zona donde está la granja, era vulnerable a la contaminación, por la cantidad de cerdos que alberga, que, según la organización ambiental, es de 46 mil 464 cerdos y 24 naves, sobre una superficie total de 101.87 hectáreas de tierras.
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GH