Un perro que llevaba en su hocico restos humanos fue clave para el esclarecimiento de la desaparición de un ciudadano en el municipio, indicaron vecinos.
Los hechos ocurrieron en la calle 8, entre 25 y 27, en el camino agrícola conocido como Valdés, cuando Gabriel Fernando, vecino de la población que caminaba cerca de dicho sendero, se percató de que un perro llevaba restos humanos en su hocico, por lo que el sujeto por lo observado se acercó a un cuarto del terreno y sintió un olor desagradable. El hombre vio restos humanos y dio parte a la Policía Municipal de Dzidzantún.
Al llegar los uniformados, peinaron el área y localizaron otros restos humanos en el camino de terracería, en visible estado de putrefacción.
Agentes indicaron que el cuerpo estaba desmembrado. Los perros y otros animales ya le habían arrancado las extremidades.
La zona se acordonó en espera del arribo de las autoridades correspondientes. Vecinos indicaron que los restos pertenecían a Eustaquio M. M. alías Taco Morales, de 67 años de edad.
Sin embargo, poco después, llegó al lugar un familiar de la presunta víctima, que estaba extraviada. El sujeto reconoció los restos del cuerpo y lo identifico como Tiburcio. Señaló que el hoy occiso era bebedor consuetudinario y que acostumbraba a salir por semanas sin avisar de su paradero.
Comentó que pudo identificarlo por una mochila roja, unas alpargatas y la hamaca color café.
Peritos de la Fiscalía General del Estado arribaron a la zona para hacerse cargo de las investigaciones correspondientes.
Síguenos en Google News y recibe la mejor información
GH