Miguel Oscar Sabido Santana, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey), consideró que el racismo que viven diferentes grupos en la sociedad, como las personas de adscripción indígena, tiene una raíz histórica profunda y aunque se han logrado avances, es necesario seguir trabajando en acciones de capacitación, difusión y administrativas, a través de las leyes y las políticas públicas.
Expuso que el racismo y discriminación la viven personas que son identificadas como indígenas, por sus apellidos, aspecto y raza. También hay otros grupos discriminados como las personas con discapacidad, así como gente que tiene una posición de pobreza.
No obstante, en el caso de las personas indígenas, consideró que se han venido haciendo algunos esfuerzos importantes que se deben mantener como capacitaciones, la obligatoriedad de postular a personas de este sector de la población a los cargos de elección popular, o la existencia obligatoria de intérpretes en la Fiscalía General del Estado y otras dependencias de gobierno.
“Creo que en este aspecto ha sido importante que, en los últimos años, se ha dado un resurgimiento y reivindicación de lo indígena y algunos pasos a la igualdad, pero hay que seguir trabajando”, comentó.
Agregó que son varios frentes en los que se puede seguir avanzando, uno de ellos el de la capacitación y en este sentido dijo que, junto con la Comisión Nacional de Derechos Humanos se imparte un diplomado acerca de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas, y se ha incorporado también la figura de las personas afrodescendientes.
“Con este proyecto se busca, a través de la capacitación, la promoción y defensa de los derechos de este sector. Se trata de realizar acciones concretas o afirmativas para atender este problema de grupos que han sido históricamente discriminados y que se logre la igualdad”, dijo.
El Ombudsman estatal agregó que hay acciones concretas como en el tema electoral, pues ya es una obligación postular candidatos indígenas para que haya una representación de este sector.
También, la obligatoriedad en las instituciones de gobierno de tener intérpretes de lengua indígena, para que estas personas puedan tener una atención en su propia lengua. En el ramo de educación se han echado a andar acciones como el establecer la enseñanza de la lengua maya.
“Hablamos de una discriminación histórica. Falta mucho por hacer, pero hay que seguir trabajando y difundir los derechos de la población y poder incidir para generar un cambio de actitud hacia la igualdad de las personas”, dijo.
Y expuso que se debe aprovechar este resurgimiento del orgullo maya o indígena y que se traduzca en mejores condiciones para todos los pueblos originarios llenos de cultura, tradición e identidad.
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GH