Durante la pandemia por COVID-19 las mujeres que trabajan en el servicio doméstico en Yucatán han enfrentado problemas como la pérdida de empleo o permanecer trabajando sin ser consultadas. También son víctimas de discriminación, no cuentan con seguridad social ni son tomadas en cuenta para apoyos gubernamentales, así lo revela la encuesta hecha por la agrupación JADE Propuestas Sociales y Alternativas al Desarrollo.
En 2020 esta agrupación realizó un estudio mediante encuestas a 71 trabajadoras del hogar. Destaca que las condiciones socio económicas y laborales, así como el impacto del COVID-19 a este sector en Yucatán muestra elementos que coinciden con la caracterización que hace la Organización Internacional del Trabajo sobre esta labor, un bajo nivel de formalización de la relación de trabajo y cobertura de seguridad social.
En este sentido, de las más de 43 mil mujeres que se dedican al arreglo de casas en la entidad, de acuerdo con el los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al mes de mayo pasado solamente 445 estaban dadas de alta ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), reveló Raquel Aguilera Troncoso, directora ejecutiva de JADE.
Sobre la investigación hecha el año pasado por la agrupación, “Las trabajadoras del hogar en Yucatán y el impacto del COVID-19”, los datos muestran que el 58 por ciento dejó de trabajar, a partir de dicha contingencia, pues fueron despedidas. De 71 trabajadoras del hogar entrevistadas, únicamente cuatro tienen seguridad social ligada a su labor. Mientras que el 67 por ciento trabajó menos tiempo, el 43 por ciento considera tener la misma carga de trabajo y el 57 por ciento conservó el mismo monto de pago.
Asimismo, el 70 por ciento de las trabajadoras del hogar manifestaron que no fueron consultadas sobre seguir yendo a trabajar ante la contingencia del COVID-19, pero muchas de ellas fueron discriminadas, incluso responsabilizadas, de ser un riesgo de contagio del virus.
Más de 40 mil trabajadoras
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI, en 2020 un total de 43 mil 329 mujeres de 15 años de edad o más se dedicaban al trabajo doméstico en Yucatán.
Raquel Aguilera Troncoso, directora ejecutiva de JADE, habló de la investigación realizada y de los resultados obtenidos y explicó que el diagnóstico se hizo el año pasado y, entre otras cosas, “nos dimos cuenta que más de la mitad fueron despedidas sin tomar en cuenta su opinión y pues fue muy grave, porque varias de ellas son jefas de familia”.
Además, la parte de la discriminación fue recurrente pues se les estigmatizó como si ellas pudieran contagiar de COVID-19 a las familias. “La parte de la discriminación ha sido muy importante, el hecho de que ellas nos compartieran que se sintieron discriminadas cuando se les decía que era por culpa de ellas que la familia se iba a contagiar, es una discriminación muy palpable, porque ellas viajan en camión y en mototaxi, etcétera; fueron motivo de discriminación y culpabilizándolas de posibles contagios”, señaló.
Otra cosa, apuntó, es que no les piden su opinión y no las consideran en todas las decisiones que se toman en esta relación laboral.
“Podemos decir que es un patrón de conducta que es similar en el estado y a nivel nacional y es un sector laboral de la población que sigue siendo vulnerado en sus derechos y que se presentó en la pandemia”, expuso.
Agregó que se trata de un grupo invisibilizado y muchas veces no valorado, sobre todo porque es muy importante en la sociedad.
“Imaginémonos un día sin trabajadoras domésticas; creo que sería muy complicado para los hogares, porque es una gran labor la que hacen. Se nota que está relegado y pensamos que en esta reactivación por COVID-19 se tiene que incluir esta parte de las trabajadoras, porque son fundamentales, pero implica un cambio de paradigma de como pensar este trabajo y convertirlo en uno digno y se necesitan cambios culturales”, agregó.
Incluso conocer el número de mujeres que se dedican a la actividad es complicado. Dijo que la cifra que se toma en cuenta es la que arroja la ENOE del INEGI, que tiene un rubro específico. Esta información señala que hay más de 43 mil mujeres en Yucatán, pero consideró que la cifra hay que tomarla con cierto cuidado, porque una persona puede estar trabajando en varias casas.
Dijo que la agrupación le da seguimiento puntual al dato con el IMSS, por medio de solicitudes de transparencia y el mes de mayo se tenían dadas de alta a solo 445, lo que muestra un abismo.
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Finalmente, expuso que en colaboración con el Instituto de la Mujer se abrió un registro de empeladas domésticas, para seguir conociendo de la situación que enfrentan y cerró con 400 mujeres y los datos están en proceso de análisis.
GH