En Yucatán no hay registro de alguna denuncia interpuesta por Teresa Aurora Vega Cuéllar, la mujer que fue asesinada la mañana del 23 de julio, en una casa del fraccionamiento Gran San Pedro Cholul.
Según las autoridades policiacas del estado, tampoco existe una orden de restricción contra alguna de sus exparejas. Sin embargo, se supo que si había un mandato judicial de alejamiento en Morelos. Sin embargo, no se tiene conocimiento de algún oficio de colaboración con autoridades de esa entidad, en el que se pidiera la protección de la víctima.
Tras darse a conocer la autopsia practicada al cadáver de la ejecutiva bancaria de 40 años, se informó que murió de una cuchillada en el pecho, que le propinó uno de los tres asesinos originarios del Estado de México, quienes acudieron a su domicilio en el referido conjunto habitacional.
Un médico forense certificó el deceso como traumatismo torácico abierto, secundario a herida por arma blanca. Ayer se informó que se activó una alerta de protocolo de feminicidio, hasta que se determine el motivo real por el cual sus atacantes la asesinaron de esta forma, y de quienes, las autoridades aún no revelaron sus nombres.
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De acuerdo con datos recabados entre vecinos e información de las autoridades, la ahora fallecida tenía tres hijos: un varón de 13 años (hijo de David “N”, nacido en Yucatán); una niña de 10 años (producto de otra relación); y una bebé de año y medio (no de tres, como se manejó en un principio), que engendró con un sujeto en el Estado de Morelos.
Los niños más grandes no se encontraban con la mamá. Con respecto a su expareja de Morelos, donde residió recientemente y al cual abandonó, trascendió que éste la había amenazado cuatro días antes del asesinato. Como las autoridades guardan hermetismo en las investigaciones, hasta ahora no se tiene claro alguna línea de investigación que se esté siguiendo.
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Feminicidio
Cabe recordar que la legislación en Yucatán establece que la muerte violenta de una mujer se cataloga como feminicidio en primera instancia y, en el transcurso de los días, puede variar a homicidio calificado, lo cual baja la sanción corporal, debido a que el primer ilícito se castiga con pena de cárcel de 30 a 60 años y el segundo de 20 a 40.
La muerte de Teresa como feminicidio aún no es descartada, igual que el robo con violencia, a los que se le suma el hecho que los presuntos sicarios hurtaron el auto de la víctima para huir, pues llegaron al lugar en otro medio de transporte.
JG