Dos amigos de Ruby recibieron mensajes con contenido sexual, a través de WhatsApp, en los cuales les proponía que si deseaban ver más fotos tendrían que pagar. Pero en realidad, ella nunca les escribió.
Lo anterior, fue debido a que su identidad fue robada con el propósito de extorsionar a las dos personas que efectivamente forman parte de los contactos telefónicos de la víctima, mientras que ella se disponía a descansar después de su jornada laboral, otra supuesta Ruby les envió mensajes “con contenido fuerte”, sólo que lo hizo desde un teléfono con numeración que indicaba provenir de Tabasco.
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Las personas que recibieron los recados le escribieron al verdadero teléfono de Ruby de Mérida para advertirle lo ocurrido. Uno de ellos le aconsejó levantar una denuncia porque se trataba de un ciberdelito, mientras que el otro le escribió sorprendido para decirle que no sabía que ella se dedicaba a ofrecer contenido sexual por este servicio de mensajería instantánea.
“El sábado 17 de julio me llegó un mensaje de mi exjefe y me dice ‘hola güera ¿cómo estás?, te comento que están mandando mensajes diciendo que eres tú, la foto de perfil de WhatsApp tiene una foto tuya, pero solicitan dinero y mandan una foto fuerte’, después me dijo que sería bueno que lo denunciara”, relató la verdadera Ruby.
Señaló que como ya era muy noche no hizo nada. Dejó su celular lejos de la cama, como suele hacerlo antes de dormir, sobre todo porque al día siguiente empezaría a trabajar por la tarde y quería descansar de notificaciones y posibles llamadas.
Otro número telefónico
Mientras ella dormía, otro conocido le escribió para contarle que había recibido mensajes de ella, pero desde otro número telefónico.
“Me escribió de madrugada, por lo que no le contesté de inmediato, pues vi sus mensajes hasta el día siguiente que desperté y le respondí que yo no escribí nada porque ya dormía y entonces él me respondió ‘¿cómo que dormías? si yo estuve platicando con una persona que se llama igual que tú y tenía una foto tuya en el perfil”, contó Ruby.
Le reiteró que no había platicado con él en ningún momento de la madrugada y le pidió que le contara lo que pasó. “Entonces me reenvió pantallazos de la conversación que supuestamente tuvimos, en la que incluyó una fotografía supuestamente mía de la cintura a los muslos y que si quería ver más contenido le pidieron dinero”.
Sorprendida por estos hechos, Ruby acudió el lunes 19 de julio a la Fiscalía General del Estado de Yucatán (FGE) para levantar una denuncia por el hecho de una persona usó su nombre y su imagen con mensajes que ella jamás enviaría y que además les pidieron dinero para ver fotografías de contenido sexual.
Sin embargo, indicó que no fue fácil levantar la denuncia.
“Al principio me pusieron trabas, pero después logré que se abriera la carpeta de investigación, ya que un agente me dijo que se trataba de varios delitos como robo de identidad, fraude y extorsión”, relató.
La policía cibernética le informó que, según el rastreo del número de donde salieron los mensajes, la línea es de Villahermosa, Tabasco y que efectivamente la denuncia sería catalogada por los delitos de extorsión, usurpación de identidad y fraude.
“Pero hasta ahorita no me han informado nada de la investigación, por lo que debo seguir esperando a que me contacten para saber qué avances hay”, indicó.
Dieron sus datos
Ruby relató que les preguntó a sus dos conocidos cómo fue que supieron que esos mensajes los había hecho ella desde otro teléfono, a lo que ambos le respondieron que cuando cuestionaron quién escribía les dieron su nombre y apellido, además de que la foto del perfil era una imagen de ella.
Al haber sido víctima de delitos cibernéticos, la joven tuvo que advertirles a sus contactos lo ocurrido para así evitar que alguien más fuera presa de un intento de extorsión.
“A través de mi WhatsApp les escribí a mis amigos y puse una captura de pantalla del número para que tuvieran la precaución de que si les llegaba algún mensaje no fueran a caer”, detalló Ruby.
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Y aunque hay gente que podría verlo como un juego o un mal chiste, ella exhortó a que acudan a denunciar, ya que se trata de delitos muy graves, realizados a través del ciberespacio, pero que no dejan de ser peligrosos tanto para quien cae en la extorsión como para la persona a la que no sólo le usurpan su identidad, sino que le roban su privacidad.
JG