Apicultores de la comunidad informaron que, hasta el momento, las colmenas de abejas europeas (Apis Mellifera) no se han recuperado luego de la pérdida de miel que tuvieron durante noviembre, ya que la falta de lluvias y los frentes fríos han ocasionado que la floración se seque y las abejas dejen de producir.
Gilberto Dzul Mena, apicultor, aseveró que en julio cosecharon la última producción de miel en sus apiarios que se encuentran fuera de la localidad, por lo que están a la espera de climas más cálidos durante los siguientes días para que la floración se mantenga y, en un plazo de 20 días, puedan comenzar a recolectar la cosecha de “Dzidzilché” y “Dzonoac”, árboles silvestres que se encuentran en la selva maya.
Aseguró que, si se llegan a alargar las heladas, se perdería de nueva cuenta la cosecha que pretenden iniciar a finales de enero y principios del mes de febrero.
“Ahora las colmenas de la mayoría de nosotros están secas. En mi caso, tienen un poco de miel que les dejo cada vez que cosechamos, esto para que no se debilite, pero si no hay producción en floración, la misma abeja opta por tomar la miel que se tiene almacenada”, comentó.
A pesar de la baja entrada de miel, el apicultor dice que trata de no colocar azúcar en las colmenas, debido a que podría cambiar la producción, por lo que prefiere que sea de forma orgánica, como está acostumbrado a llevarla a cabo; sin embargo, hay quienes optan por realizar esta forma de cultivo en la localidad. En caso de que la floración llegara a escasear en su totalidad, optaría por irse a este método de alimentación para las abejas.
Por otro lado, además de la escasa floración, las hormigas llamadas “xulab” son otro enemigo de las abejas, debido a que han estado matando y ahuyentando a las abejeras, generando una pérdida de más de 100 mil insectos por caja.
“El xulab es otro de los causantes de pérdidas fuertes en la apicultura. Cuando se pierde una colmena doble, tenemos que esperar a que haya cultivo para poder repararla, pero con una sola alza de nuevo comienzan a producir”, dijo Gilberto, quien comentó que, hasta el momento, en la última supervisión que realizó hace unos días, encontró cinco cajas vacías, pues las hormigas habían acabado con las abejas. Del mismo modo, los escarabajos también han sido parte de las plagas que en ocasiones han debilitado los apiarios.
En la última cosecha de julio lograron 320 kilos de miel orgánica, pagándose el kilo a 57 pesos. Dzul Mena comentó que, en caso de tener humedad de 20 grados, a mayor humedad bajaría más el costo y pasaría a venderse como miel convencional, debido a las fuertes lluvias que podrían llegar a caer durante su extracción.
Durante estos días, los apicultores han comenzado a supervisar y acomodar de nueva cuenta las colmenas que han sido atacadas por las plagas de escarabajos y hormigas. Unos mueven de lugar las colmenas para que las abejas comiencen a producir y otros supervisan si aún cuentan con abeja reina, la encargada de hacer trabajar a las otras para hacer entradas de polen. “Constantemente se tienen que revisar las cajas para ver si las abejas están dando entradas y si los cuadros han comenzado a blanquear o a poner crías y formar nuevas colmenas. Es importante llevar a cabo esta práctica para que se tenga una buena producción de miel en las próximas temporadas”, explicó Dzul Mena.
En el 2020, cuando se registró una inundación que duró más de dos semanas en los montes del Estado, el 80 por ciento de los apicultores de la región perdieron aproximadamente el 60 por ciento de las colmenas. La mayoría quedó bajo el agua y otras migraron por la misma situación, afectando la producción de ese entonces. Los apoyos estatales fueron escasos para poder reponerlas e incluso algunos productores no han logrado levantarse al cien por ciento, además que la sequía ha sido otro de los obstáculos fuertes durante los meses de abril a mayo, dijo el entrevistado.
“La mayoría de los apicultores tiene que mantener sus piletas con abundante agua para la seca, las abejas la requieren, ya que si no la encuentran tienden a migrar y mantenerlas sólo con azúcar resulta oneroso, pues el costal de 20 kilos cuesta alrededor de 550 pesos”, dijo.
En los últimos años, las abejas han comenzado a ser amenazadas por el cambio climático, los plaguicidas y fertilizantes, además de la deforestación masiva de los montes en los municipios para la creación de empresas. Cerca del 80 por ciento del trabajo que realizan las abejas es la polinización de las flores y los frutos, mientras que el 20 restante es de producción de miel.
Gilberto mencionó que es importante hacer conciencia sobre el cuidado y la preservación de estas especies, ya que con el paso de los años se han visto constantemente amenazadas. “Perder a estas especies podría poner en peligro la reproducción de las flores y generaría un desequilibro en la agricultura y la vida humana en caso de extinguirse en el planeta”, aseguró. Cabe mencionar que Yucatán exporta el 90 por ciento de su miel al viejo continente y a Arabia Saudita.
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CC