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Pescadores señalan que aunque la captura de pulpo continúa baja, esperan que en los próximos días aumente

Los más de dos mil pescadores ribereños de Yucatán, tanto censados como no censados, olvidaron el “trago amargo” que les propinó el bimestre pasado con fenómenos como la marea roja y el mal tiempo que ocasionó constantes cierres a la navegación menor por parte de la capitanía regional.

El inicio del mes de octubre trajo para este sector un aumento de hasta el 50 por ciento de captura en las embarcaciones de ribera, tanto con la pesca de especies de escama como la que refiere a la captura del molusco, cuyos volúmenes también han mostrado mejoría en la navegación mayor.

Justo antes de cerrar filas por órdenes de dicho organismo, en los últimos viajes varios navíos de menor tamaño estaban percibiendo cargamentos de hasta cien kilos de pulpo, siendo este suceso casi inexplicable luego de que durante las primeras semanas de agosto que apertura esta pesquería, las lanchas llegaban con menos de cinco kilos.

Uno de estos ejemplos es el barco Luciana 14 que consiguió alrededor de 70 kilos de especies como la rubia, el molusco y el mero, siendo este un viaje que sus tripulantes lamentaron, pues es irregular, ya que esperaban obtener un poco más de ejemplares, aunque lo positivo se encuentra en ver pulpo, ya que encontrarlo representaba un dolor de cabeza para los hombres de mar.

“Ya hay pulpo, pero se espera que haya más todavía. Lo que nosotros podemos calificar y suponer desde nuestra perspectiva es que la marea roja lo alejó, ahora que ya está casi limpia el agua que rodea a Progreso está apareciendo poco a poco, no podemos desaprovechar la oportunidad y vamos a pescar sin descanso”, indicó Rodolfo Medina Rejón, mejor conocido como Malitón por el gremio pesquero.

Entre lo que se lamenta es que las jornadas son cansadas, aparte de que con las bajas temperaturas que se han detectado en el comienzo del mes otoñal la marejada ha aumentado y la puesta del Sol se encuentra inclinada, por lo que embarcaciones como el Luciana 14 causan que en los dos días de trabajo sus hombres de mar se expongan a una deshidratación.

“Es duro salir a pescar y duele cuando no hay una pesca que de verdad nos deje buena ganancia, las corrientes que hemos detectado han sido violentas y es necesario permanecer hidratado o puedes desmayarte en plena chamba”, agregó el entrevistado.

Un pescador que acostumbra irse solo por su sustento a pesar del peligro que esto representa es Francisco Canché Quintal, de 53 años de edad, quien a mitad de semana logró pescar en un solo día 59 kilos de molusco, siendo una buena marca si toda la ganancia es para una sola persona y la inversión para acudir en busca de la especie es de menos de mil 500 pesos.

“Yo pesco con cordel y quema, duelen las manos luego del trabajo, pero con las cosas mejorando vale la pena ir por el pan de la familia. Habíamos estado a la baja, esperemos esto se mantenga de manera ascendente porque si hemos tenido un año muy castigado”, dijo el pescador que desde los 14 años se embarca en altamar.

Otro fenómeno que se está originando con la mejoría paulatina para el pescador ribereño es el retorno de jóvenes y elementos de este tipo de pesca que se habían ido en busca de mejorar el aspecto económico con la navegación a bordo de barcos de dimensiones mayores, donde el beneficio era recibir por lo menos un anticipo y no quedarse sin actividad en altamar.

“Esperemos nos vaya bien, hemos esperado bastante por traer pescado y ahora que se está dando la oportunidad, no se puede desaprovechar” manifestó ante este medio un veinteañero que se irá una semana por especie de escama a bordo del Viche IV mientras embolsaba con un compañero de la misma edad, media tonelada de sardina que servirá como carnada. 

A pesar de la mejora de captura que a su vez provoca un sueldo promedio de 300 pesos por día para los pescadores, estos insisten en que la temporada ha sido pésima si se compara con lo conseguido el año pasado, donde se conseguían hasta cien kilos solo de molusco en un viaje de ida y vuelta, aparte de obtener sueldos de 3 mil 500 pesos como máximo por estas jornadas.

En el tercer mes de “la fiebre del pulpo” se necesita pescar tanto especie de escama como cefalópodo para poder obtener un tonelaje superior a la centena de kilos, aparte de que el precio por kilo para los pescadores de ribera es comprado a 130 pesos por las congeladoras que acuden con báscula a negociar con los hombres de mar de embarcaderos independientes y la zona costera que consta de Chuburná a los linderos con Telchac.

A diferencia de semanas atrás cuando el embarcadero “La Caleta” estaba desierto y permanecían atracados los buques, a las cinco de la tarde de este miércoles aún permanecía la actividad de manera fluida con estacionamiento lleno para desembarcar o armar lanchas rumbo a jornadas que inician en la madrugada y culminan después del mediodía.

Parte de las curiosidades que se pueden observar es que tras el cierre del puerto de abrigo, las zonas de atraque de modalidad ribereña han sido la nueva casa de las gaviotas, tal como se les llama a las mujeres que acuden con los patrones en busca de trabajo de limpieza o en el caso de las adultas mayores para recibir productos del mar que sobren.

En el caso de la zona costera, también se avista desde primeras horas de la mañana a tripulaciones de tres hombres de mar embarcándose rumbo a la aventura a más de diez millas de la orilla de la playa, esto para mejorar el rumbo de la pesca de menor navegación a solo dos meses y medio de culminar la “fiebre del pulpo”.

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CC

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