La temporada de pulpo terminó con más de 20 mil toneladas generadas en el estado, siendo el municipio el que más contribuyó, con un 45 por ciento gracias a más de 5 mil pescadores que zarparon desde el pasado uno de agosto en busca de la especie maya. Parte de la desilusión de los hombres de mar fue su precio, pues se estancó en no más de 120 pesos por kilo.
Así lo constató Víctor Zacarías Solís, titular de la Cámara Nacio-nal de las Industrias Pesquera y Acuícola en Yucatán (Canainpesca), quien también dijo que este lapso se convirtió en una temporada irregular y llena de altibajos por fenómenos inesperados, como la marea roja, que cubrió parte de la costa Poniente yucateca, esto durante la mitad del mes de agosto y los primeros días de septiembre.
El año pasado se vivió una realidad distinta, pues en estos días los sueldos altos y la venta de producto, tanto en el sector empresarial como en los puntos de atraque, se tenía al por mayor y con ganancia económica para quienes forman parte de este rubro, pues el precio finalizó en 175 pesos el kilo.
En cuestión de captura se registraron un total de 31 mil 562 toneladas, de las cuales 8 mil 187 pertenecieron a la especie vulgaris y 20 mil 512 toneladas fueron de molusco tipo maya. Tanto el Octopus macropus, conocido como pulpo rojo, y el Octopus vulgaris, también llamado patón. Se destacan por ser especies que tienen como hábitat las zonas rocosas y aguas subtropicales, en profundidades de hasta 40 metros.
En el 2020, especialistas en el tema dijeron que fue el peor año en la década del 2000 para el molusco, su precio se devaluó de manera gradual, pues el kilo de pulpo se estaba vendiendo en 50 pesos en agosto y terminó a 135 pesos el kilo el 31 de diciembre del 2020.
Hace dos años, apenas se promediaron 13 mil toneladas de producto para el país. En el lejano 2019 la captura arrojó una producción de 22 mil 145.3 toneladas con valor de 942.5 millones de pesos de pulpo maya se capturaron 12 mil 456.7 toneladas y de pulpo vulgaris se capturaron 9 mil 688.6 toneladas.
El récord en los últimos diez años en épocas previas a la pandemia del coronavirus en Yucatán, en relación con la captura del cefalópodo se mantiene con el 2015 como el año donde se ha tenido un mejor alcance, con 24 mil 527 toneladas en Yucatán, cuyo valor aproximado en derrama económica fue de más de mil millones de pesos.
Desde hace tres años la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) mantiene en sus registros que aproximadamente 15 mil pescadores participan en la captura del pulpo con12 mil hombres locales que conforman el padrón yucateco y más 3 mil pescadores de origen foráneo. Todos ellos en casi 500 embarcaciones mayores y 3 mil 900 embarcaciones menores que cuentan con permisos reglamentarios, además de 12 mil alijos en los litorales de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, y que distribuyen el producto en una veintena de plantas congeladoras y procesadoras.
Uno de los mayores beneficios para esta temporada fueron las ventas masivas en el mercado local, pues tortillerías, empresas surtidoras de agua potable, fruterías, tiendas de autoservicio, ribereños dedicados a comercializar carnada de cangrejo “ocol”, entre otros, obtuvieron ganancias constantes gracias a pedidos que superaban la tonelada de producto, esto por medio del armado de cada barco, con un gasto promedio de hasta un cuarto de millón de pesos.
En las más de 50 congeladoras y centros dedicados al manejo de ejemplares marinos en el municipio junto con sus comisarías cercanas se crearon cerca de 800 empleos temporales. En Yucatán fueron más de tres mil los beneficiados.
En el mercado de mayor expansión, se confirmó por parte de varios empresarios locales que los negocios internacionales se cerraron de manera contundente, sobre todo en Europa y el continente asiático, por lo que fue Norteamérica el nicho de mayor distribución, específicamente Estados Unidos, a donde para el final de esta época Progreso aportará con más de 500 toneladas al circuito mercantil del país de las barras y las estrellas.
Pescadores inconformes
A lo largo del día, un centenar de navíos de mayor navegación arribaron al puerto de abrigo de Yucalpetén para llevar a cabo las descargas, destacando que el tiempo influyó con un descenso para obtener la especie, pues como se sabe, ante las bajas temperaturas y una marea constante, el animal se esconde en el fondo del mar.
Uno de los barcos que sí tuvieron una pesca regular en la última aventura fue el “Tampico Starr II”, que logró traer a tierra 8.5 toneladas que se adjudicaron en 20 días de constante trabajo forzado. Cada navío de grandes dimensiones realizó seis viajes.
“Fue una temporada algo irregular, no podemos decir que se tuvieron números extraordinarios, pero recuperamos inversiones y no hubo pescadores endeudados por juntar el gasto de su anticipo. Cada elemento llegó a generar por cada viaje hasta 300 kilos”, dijo Mariano Carrillo Esquivel, armador de este navío y que apenas cuenta con 19 años de edad, empezando desde los 15 su trabajo en este sector.
Otro barco que llegó al puerto de abrigo situado en los alrededores de la zona industrial de Chelem fue el “Propemex 24”, donde viaja uno de los pescadores con más trayectoria de Progreso, gracias a sus 47 años de vida en el mar, quien se identificó como Benigno Mauro Gutiérrez Peralta.
“Me ha tocado ver temporadas más malas que ésta, tampoco estamos asustados por lo que se obtuvo. Lo único con lo que no estamos conformes es con los números de cargamento bajos y el precio del pulpo, se nos pagó a 45 pesos el kilo por algunos patrones, cuando el trato siempre había sido 50 pesos por lo menos”, manifestó.
A su lado se encontraba el joven Carlos Dzul, cuyas palabras permitieron saber que este barco apenas logró dos toneladas en quince días, todo el producto conseguido alrededor de Río Lagartos, aunque sin mucho éxito pues se esperaba un cargamento mayor.
“Los tiempos no ayudaron, creo que podemos tomar revancha en un año más si es que se respeta la veda. Agradecemos a la vida poder regresar luego de tanta desgracia, nuestra estrategia era cuidarnos a nosotros mismos, porque nunca se sabe si uno va a regresar de un viaje”, aseguró el hombre de mar con una década en el oficio.
Hasta altas horas de la noche fue el desembarque, siendo también beneficiadas las “gaviotas” y comerciantes que solo pudieron concentrarse en el puerto de abrigo situado a pocos kilómetros de Chelem, pues en Yucalpetén se prohíbe la entrada a menos que se tenga una credencial avalada por distintas organizaciones.
Como se sabe, la modalidad de trabajo consiste en recibir un anticipo de hasta 30 mil pesos, que deberán de devolver los trabajadores por medio de su pesca a bordo de alijos, parte de la travesía de 20 días, incluye una jornada donde todo lo generado es para el consumo del pescador y su familia, si es que no opta por venderlo en tierra.
Los aguinaldos también formaron parte de los beneficios del pescador, pues algunos patrones otorgaron hasta 2 mil 500 pesos por el trabajo desempeñado desde el pasado primero de agosto, tanto en cuestión de pescadores fijos como “refuerzos” que solo llegan para esta “fiebre del pulpo”.
Las malas noticias llegarán en los primeros días de enero, cuando los dueños de los barcos comiencen de nuevo a dar a conocer con qué elementos sí contarán y cuántos se quedarán sin trabajo, pues la mira está en las especies de escama, donde ya no saldrán a las labores aquellas tripulaciones de 15 personas, serán equipos de 10 a 12 elementos.
En la relación con los arribos de pescadores foráneos, se tuvo un ingreso de hasta 3 mil hombres de mar, aunque tras los primeros días de pesca nula en cargamento se quedó la mitad. Todos ellos venían de todo el Estado y el Sur de México, que adhiere a los estados de Chiapas, Quintana Roo, Campeche y Tabasco.
Actualmente se contempla en el municipio, con base en números de la Dirección de Pesca, a cargo de Franklin Franco Sánchez, una comunidad de pescadores donde Progreso adjunta a 2 mil 825 personas dedicadas a estas labores, mientras que hay 418 en Chicxulub, 408 en Chelem y 435 en Chuburná, aunque si se toma en cuenta a todos aquellos hombres de mar excluidos de este censo, el número sobrepasa los cuatro mil trabajadores en la cabecera municipal junto con sus comisarías.
Futuro incierto
A pesar de que se había pensado hasta en una prórroga para tener mayor auge económico, tras la finalización de esta etapa, considerada como la más fructífera en cuestión monetaria, se descartó dicha idea pues las voces sobre la iniciativa se escucharon justo en la recta final.
Varios hombres de mar aseguran que el 70 por ciento de las embarcaciones de mayor y menor navegación permanecerán descansando en sus zonas de atraque, para que los permisionarios se organicen para fortalecer sus navíos y comenzar actividad en los dos meses que quedan de la veda del mero.
Solamente en el puerto, con base en datos de la Dirección de Pesca, se especificó que pertenecen a la navegación mayor más de 350 unidades y en el rubro de la pesca de ribera se contabilizan más de 600 lanchas equipadas para ir en busca de labores por solo un día y hasta 10 días dependiendo de la magnitud del tamaño.
Una de las metas a toda costa será evitar el furtivismo, pues justo cuando acabó la temporada pasada comenzaron a notarse varias lanchas sin numeración y nombre pescando molusco, a pesar de la prohibición de esta actividad, denunciando a través de redes sociales estos actos y desencadenando vigilancia continua a cargo de las dependencias involucradas, como es el caso de la Marina Armada de México con base en la décimo tercera zona naval, Comisión Nacional de Pesca y a nivel municipal la Policía Ecológica.
Hasta el momento, el cargamento de mayor hallazgo de contrabando en los últimos cinco años se tuvo en la última semana del mes de julio pasado, con un Tsuru encontrado a pocos metros del “muelle de chocolate” con más de 200 kilos, que quedó bajo resguardo de las autoridades que descubrieron el cargamento.
El Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (INAPESCA) en el Centro Regional de Investigación Pesquera (CRIP) en Yucalpetén, estima que por cada hembra que es capturada de manera ilegal durante las vedas, 800 pulpos juveniles quedan sin la posibilidad de vida.
De igual manera, el pulpo representa para el Estado un recurso invaluable, pues 15 mil familias dependen de la derrama económica que se genera año con año, lo que la coloca como una de las principales pesquerías. Solamente en Progreso se contó esta temporada con más de 4,000 pescadores, tanto originarios del municipio como foráneos. Empadronados y fuera de los censos oficiales.
Las principales especies de pulpo en la Península son el Octopus maya o rojo, que se captura en aguas de la Jurisdicción Federal de Campeche, Yucatán y el Norte de Quintana Roo (0-12 m de profundidad), y el Octopus vulgaris, que se captura en el Sistema Arrecifal Veracruzano (0-5 m de profundidad) y en Yucatán (10-30 m de profundidad).
En los últimos días ha llamado la atención que camionetas de Conapesca han visitado diversos puntos de atraque, en su mayoría de la modalidad ribereña, como es “La Caleta”, el embarcadero de Chelem y Chuburná y la zona costera.
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JG