El aguacate y la cebolla roja superan al limón como los productos de mayor precio en la Central de Abasto de Mérida, aunque este último ha tenido un enorme incremento en semanas recientes.
De acuerdo con varios locatarios, está situación obedece a que “se ha estado exportando mucho”.
Por lo pronto, el precio promedio es de 37-38 pesos por kilo. Finalizó 2021 y comenzó 2022 entre 8 y 10 pesos y desde entonces se ha “disparado” sin control.
La repercusión en el comercio se nota, aunque se siga vendiendo, especialmente porque hay quienes optan por otras opciones.
“Muchos restauranteros están utilizando el concentrado de limón. Les cuesta 150 pesos un bote y trae varios litros”, indicaron en “La Parcela”, que ofrece una caja del cítrico en 550 pesos.
“Es de 18 kilos. El limón lo estamos manejando al mayoreo”, se informó en el comercio.
Pese al gran aumento, el limón no es la fruta que más cuesta. La cebolla morada supera los 40 pesos, incluso en algunos negocios el precio es de 48. Son más de 30 pesos de diferencia, respecto a su costo normalizado de 14-16 pesos. En algunos casos se vende al doble que la cebolla blanca, que se encontraba a 22 pesos el kilo.
De igual manera, la escasez de aguacate ha descontrolado su importe, también arriba de los 40 pesos, y en el caso del Hass se ha manejado arriba de los 70.
El aguacate yucateco se ofreció a 42 pesos, cuando lo regular es que cueste entre 15 y 25. “Apenas conseguimos una caja y la ponemos en exhibición”, señalaron en “Los Carnales”, donde creen que podría subir más el precio de este fruto verde.
La zanahoria se ha mantenido entre 14 y 15 pesos, lo mismo que el tomate (15), mientras que la papa subió de 18 a 22, comparado con la primera semana del año.
En cuanto a las frutas de mayor demanda, el plátano tiene un precio entre 16 y 18 pesos el kilo, el mango amarillo, a 38, y el verde, 30. El importe promedio de la papaya fue de 18 pesos y el de la manzana de 65 pesos el kilogramo.
Entre la pandemia y la competencia
Además del problema de la pandemia, una atenuante para que algunos locatarios sufran bajas ventas fue la proliferación de varios negocios en zonas aledañas o en los fraccionamientos cercanos.
“Demasiadas fruterías se abrieron en el último año en los fraccionamientos. A nosotros como minoristas sí nos perjudicó”, señaló Samuel Chan, con 30 años en “Hortalizas Xmatkuil”.
No obstante, los venteros se las han ingeniado para sacar el negocio adelante. “Tratamos de ofrecer calidad, variedad y buen precio y eso nos ha permitido estar en el gusto de la gente”, destacó, y aclaró que no ha sido sencillo.
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JG