Los tres asesinos materiales de Teresa Vega Cuéllar y del policía Raúl Adrián Cohuó Aké fueron sentenciados a 88 años 9 meses de cárcel, la segunda más larga de la que se tiene registro, por los delitos de feminicidio cometido en pandilla y homicidio calificado contra servidor público cometido en pandilla.
Durante la audiencia que se llevó a cabo en la sala 4 del Centro de Justicia Oral del Estado de Yucatán, la juez Suemy del Rosario Lizama Sánchez, quien llevó la causa penal 193/2001, dictó la pena para cada uno de los tres acusados de privar de la vida a las víctimas: Moisés Alfredo López Jiménez, Alejandro Álvarez Sánchez y María de Jesús Reséndiz García.
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En entrevista exclusiva para Por Esto!, la madre de Teresa, Maritza Cuéllar, expresó que su primera reacción tras conocer la decisión de la juez fue “correr al panteón” donde está enterrada su hija; sin embargo, como sabe que está cerrado, no lo hará sino hasta hoy. Con sentimientos encontrados, se dijo satisfecha por la decisión de la juez, pero triste porque nada le devolverá a su ser querido.
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El proceso legal que finalizó ayer es sólo una parte de la trágica historia de Tere, como cariñosamente era conocida la víctima, pues aún está pendiente el proceso legal contra el presunto autor intelectual del asesinato; según el abogado que representa a las víctimas, Carlos Cohuó Salazar, los indicios apuntan a que se trata de la expareja de Tere -papá de la hija pequeña- quien está en calidad de prófugo, porque ya existe una orden de detención.
Así fue la muerte de Teresa Vega
Como se informó en su oportunidad, el 23 de julio de 2021, tres personas -dos hombres y una mujer- abordaron a Tere, de 40 años de edad, cuando ésta salía de su domicilio particular en el fraccionamiento San Pedro Cholul, para ir a trabajar al banco Santander, donde se desempeñaba como ejecutiva, cerca de las 7:20 horas; intentaron arrebatarle a su pequeña hija, pero como la madre se aferró a ella, los hoy sentenciados la sometieron hasta encerrarla en la casa.
Ya dentro del predio, los acusados la sometieron y la privaron de la vida con un arma blanca; todo esto quedó registrado en el sistema de videovigilancia de la casa de Tere y esto se convirtió, a la postre, en una evidencia contundente no sólo para fincar la responsabilidad de los imputados, sino para establecer que actuaron con premeditación y ventaja sobre su víctima, pues la defensa de los acusados intentaba que los delitos se reclasificaran con el argumento de que no había intencionalidad.
En su huida, cerca de las 7:40 horas, la velocidad con que circulaban por el fraccionamiento llamó la atención del policía Raúl Adrián, quien logró detenerlos en la carretera Mérida-Motul; les solicitó los documentos del vehículo, pero los asesinos lo atacaron y asesinaron con el arma de cargo del propio agente.
De acuerdo con la carpeta de investigación, los acusados vigilaron por lo menos durante dos días a Teresa; habían llegado procedentes del Estado de México el día 21 y se hospedaron en un lugar del Centro de Mérida; los empleados del lugar los vieron salir el día 22 a muy temprana hora. Se supo después que acudieron al fraccionamiento San Pedro Cholul para vigilar los movimientos de su víctima, a quien finalmente sorprendieron y asesinaron el 23 de julio.
El artero crimen quedó videograbado y aunque los perpetradores se llevaron la memoria del sistema, la policía logró rescatarla de entre las cosas que los asesinados se llevaron de la escena del crimen, tras ser detenidos horas después de cometer el doble homicidio.
De acuerdo con el licenciado de Cohuó Salazar y Maritza Cuéllar no quedó duda ninguna de que los autores materiales llegaron con la intención de privar de la vida a Teresa, pues además de la evidencia videográfica, la policía logró establecer un vínculo -por múltiples llamadas telefónicas que efectuaron- entre los hoy sentenciados y una persona a la que incluso le enviaron una imagen de la víctima, y quien legalmente se supone es la ex pareja de la joven.
Satisfecha
Maritza Cuéllar, de origen cubano, en entrevista exclusiva, se dijo “satisfecha” por la sentencia ejemplar contra los asesinos de su hija; sin embargo, también expresó sentirse “extraña, rara y triste” porque, de cualquier manera, nunca más volverá a ver a su hija. Ella sigue muy afectada por la forma en que fue asesinada.
“Fue muy triste para nosotros como papás escuchar todo lo que se dijo… hubo cosas muy fuertes”, comentó en la charla, tras conocerse la sentencia histórica por la cantidad de años que se les dictó a los delincuentes.
Destacó la celeridad con que la Fiscalía General del Estado actuó para llegar al esclarecimiento de los hechos, porque, dijo, “en todo el mundo hay muchos personas que cometen crímenes que se escapan”. Reiteró su agradecimiento a las autoridades porque lograron que “hoy tres asesinos estén en la cárcel”.
Explicó que la primera reacción que tuvo cuando se dictó la pena fue ir al panteón Jardines del Recuerdo donde está enterrada su hija, quien desde los 4 años vivió en Mérida. “Sentí algo raro, como mucha adrenalina”, comentó.
Justicia inconclusa
Con la pena dictada ayer se cerró sólo una parte del caso, pues aún falta por cumplir la detención del autor intelectual del asesinato; todo apunta que se trata de la expareja de Teresa, sin embargo, tanto el abogado de la familia como Maritza admiten que aún no hay certeza sobre el móvil del crimen, en parte debido a que los asesinos se negaron a declarar.
Sobre el estado actual de los tres hijos de Teresa, Maritza comentó que se encuentran en bien de salud y que, en el caso de ellos, el siguiente paso es lograr la custodia permanente de dos, pues uno vive con su padre.
De acuerdo con la información oficial emitida por la Fiscalía General del Estado, la audiencia intermedia se dio en el Juzgado Primero de Control; las partes aceptaron que el procedimiento de sentencia fuera abreviado.
Además de las penas corporales, se les condenó al pago de reparación del daño –no se especificó el monto- se les negaron los beneficios, se ordenó amonestación pública y la privación de sus derechos políticos.
Como las partes renunciaron al plazo para apelar la sentencia -una de las más largas hasta ahora-, esta quedó firme.
La sentencia más larga dictada hasta ahora es de 168 años, cinco meses y 15 días para el multihomicida de Valle Umán, quien intentó matar a su pareja; en la persecución, dos personas intentaron defender a la mujer y los mató.
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JG