Con tal de darle mayor plusvalía a los terrenos, numerosos propietarios los están vendiendo con supuestos cenotes, en diferentes partes de Yucatán, pero estos son artificiales, son huecos que ellos hacen llenos de agua con cloro, sin peces y sin plantas, indicó el espeleólogo y explorador Sergio Grosgean.
“Hay personas que escarban alguna depresión, llegan al manto freático y venden la propiedad con creces, argumentando que cuenta con un cenote y eso es mentira, pues solo se trata de un hueco con agua y otros simplemente para recibir más turismo, amplían con maquinaria un cenote pensando que es así de simple, solo que cuando se dan cuenta de su estupidez al ver que el agua se enturbia le echan cloro como si se tratara de una piscina; la situación es real aunque parezca ficción”, indicó el experto.
Las campañas
Sergio Grosjean expone que esto es en parte lo que deriva del resultado del “boom” inmobiliario que ha incentivado el Gobierno del Estado de Yucatán y el Ayuntamiento de Mérida, entre otros actores, gracias a su masiva campaña publicitaria a nivel nacional e incluso internacional, dando pauta a que el valor de las propiedades se haya incrementado de manera desproporcionada, no solo en la capital, sino en todo el Estado.
Puntualizó que esta situación ha impulsado a varios individuos a invertir en propiedades a tiempo de sacarle el cobre a otros que han hecho fortunas a base de engaños, vendiendo lotes de inversión en sitios inhóspitos a los que sin duda nunca llegarán no solo los servicios, sino una sola calle y lo único que han logrado es destruir el ecosistema, pero destacó que estos últimos no se han detenido allá, sino que le han metido al acelerador ya que ahora venden propiedades con supuestos cenotes.
Simplificando el asunto y resumiendo la manera de cómo reconocer estos casos con algunas simples conjeturas, explicó que el indicador más evidente para alguien que no es especialista en el tema es la vida, es observar que si hay peces no usan cloro y tener muy en cuenta que si no hay plantas también es determinante, ya que es difícil que vivan con este químico.
Enfatizó que de percatarse de lo antes mencionado, las personas podrían estar frente a uno de esos nefastos casos y solo para constatar deben oler el agua, ya que es más que probable que esté clorada.
Otras oportunidades
Agregó que existen otras alternativas que son amigables con la flora y fauna que logran clarificar el agua y obviamente no son nocivas para los humanos, solo que son costosas y tiene que aplicarlas por un experto, pues existe una fórmula para mezclarlas, siendo esta la razón por la que muchos optan por lo más barato que es el cloro.
Indicó que aunque no puede afirmarlo a simple vista, el cenote ubicado en el estacionamiento de una conocida tienda ubicada en Cordemex, en el que tuvo la fortuna de coordinar su mapeo, mismo que rescataron ejemplarmente, en el presente parece que están arrojándole algún químico, pues al menos esa impresión le causa ya que el agua atípicamente está más clara que incluso una piscina y al fondo se observan pedazos blancos que parecería cloro sólido, pero lo más grave y que le hace pensar lo peor es que ya no hay peces, puesto que hasta hace unos meses era más que evidente su presencia.
Después de observar la forma en la que lo rescataron dijo que no cree que los directivos estén al tanto de lo que mencionó anteriormente y ojalá le presten atención a lo que acontece; concluyó expresando que es una crítica constructiva sin otro afán más que el de coadyuvar a conservar los cenotes y el ecosistema de la entidad.
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CC