La creciente población en la ciénaga de Chicxulub ha provocado que autoridades cercaran el área, con el fin de que no aumente el número de predios ilegales.
La medida de restricción sorprendió a los habitantes de estos terrenos, pues en las últimas semanas habían comenzado a edificar con materiales de cemento más predios y hasta colocaron puestos de venta de comida, los cuales tampoco se encuentran regularizados por las autoridades competentes.
Alí Yamil Dib Muñoz, titular del Catastro y Zona Federal Marítima Terrestre, expresó que la iniciativa se hizo luego de verificar que la llegada de familias foráneas aumentaba de manera exponencial en el cuatrimestre del año en curso. Según el levantamiento de invasiones que ha registrado la dependencia a cargo del entrevistado, se contempla en todo el municipio unos 2 mil 434 predios que no están regulados.
“Desde el operativo que hicimos en los últimos meses del 2021, junto a instancias como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y Protección Civil Estatal, en el recorrido y censo se detectaron otras invasiones. Tengo entendido que las instancias estatales mantienen aún la vigilancia, una medida que procedería al no abandonar las familias estos espacios, serían las sanciones o multas económicas”, dijo.
Las dependencias mencionadas señalan que el daño al mangle representa un delito federal que se castiga con una pena de dos a 10 años de prisión, y por el equivalente a 300 ó 13 mil días de multa, la misma observación recae a través del Reglamento Municipal de Ecología en su artículo 23, capitulo “séptimo “evolución del impacto ambiental”. Una de estas leyes, es la NOM-022-SEMARNAT-2003.
Avistamientos de cocodrilos
Lo anterior se adjunta al peligro que persiste en este momento por los constantes avistamientos de cocodrilos, que en busca de humedad han comenzado a salir desde los primeros días de la primavera, rumbo a la vía pública.
Obdulio Mena Sánchez asegura que hasta el momento no se ha tenido reporte de alguna agresión por parte de un caimán a algún vecino, pero la presencia de familias podría ser factor común para dar paso a una tragedia.
“Cuando este tipo de animales se ve amenazado huye, ahora bien, si reconoce que gracias a la gente puede conseguir comida, tan pronto vea a un humano se le abalanzaría para atacarlo por asociarlos con su alimentación. Esta invasión es un problema serio por invadir el ecosistema donde habitan numerosos animales”, manifestó el comandante.
La dependencia mencionada, también informa que mediante inspecciones en Chicxulub han encontrado que habría, por lo menos, 30 ejemplares navegando cerca de los hogares de invasión. La especie, según los biólogos, es el cocodrilo de “Morelet” (Crocodylus moreletii), que podría alcanzar hasta los tres metros y medio de largo, así como un peso de más de 100 kilogramos.
Evelina C., dedicada a la venta de productos hechos con coco en los últimos asentamientos que sí son legales de Chicxulub, argumentó que a pesar de que la urbanización de las casas ilegales ha ocasionado que se pierdan año con año hasta 10 metros de aguas pantanosas, persisten las asistencias de reptiles en la zona.
“Los vecinos acostumbramos limpiar las cercanías de la ciénaga, hace como uno o dos años era común ver cocodrilos en estos momentos que hace calor, aunque ahora no emergen a la superficie como antes sigue la precaución”, expresó la habitante del rumbo.
Con otros vecinos se averiguó que la llegada de más familias desde otros Estados del Sur del país ha ocasionado problemas entre los colonos, sobre todo con quienes comparten muros entre la parte legal e ilegal, siendo esta otra razón más por la que los dueños de los domicilios en regla piden la expulsión de los invasores.
Según los entrevistados, el Instituto de la Vivienda del Estado de Yucatán (IVEY) tuvo hace tres años su última inspección masiva, acomodando a algunas familias en Flamboyanes, pero éstas terminaron retornando a Chicxulub luego de riñas en los asentamientos de la primera comisaría mencionada.
“Es un problema que difícilmente se va a acabar, ahorita ya han comenzado a meter material con cemento a las casas, antes sólo eran predios de cartón, pero ante las libertades que toman de manera arbitraria, los invasores siguen trayendo gente y edificando”, argumentó Polo Hernández.
Otros problemas relacionados con las invasiones en la zona de la ciénaga, tal como hemos informado en este medio, consisten en la desaparición anual de más de 10 mil especies que en estos días se encuentran en su periodo de reproducción primaveral tras emigrar al Norte del continente.
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CC