La actividad pesquera en la Entidad ya debe considerarse un asunto de seguridad estatal, pues al día más de cinco mil embarcaciones salen a esta labor y se registra entre el 30% y 40% de actividad furtiva, además hay poca vigilancia de la Secretaría de Marina y escaso control de la liberación de documentos por parte de la Capitanía de Puerto, lo que genera problemas por la clonación de embarcaciones a la hora de salir a la mar, afirmó José Luis Carrillo Galaz, presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras de Yucatán.
Hay un completo desorden, afirmó. La Capitanía entrega los documentos de las embarcaciones, pero los propietarios clonan los barcos con nombres parecidos y salen a la actividad las veces que quieran y eso abre la puerta a la pesca furtiva de caracol, pulpo maya y hasta pepino de mar. Además, hay gente que trae pescadores de Campeche, quienes son los que más se arriesgan a esta actividad furtiva y no sólo eso, los pacotilleros por 200 o 300 kilos de producto robado se llevan ganancias de 40 mil a 60 mil pesos.
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Al carecer de matrículas auténticas, la clonación es la manera más fácil de seguir en la actividad y este descontrol está generando que embarcaciones como el “Aarón 1”, que no tenía matrícula ni permisos haya desaparecido, que por los rasgos del extraño caso parece ser un robo, dijo Carrillo Galaz.
Propuso reactivar la entrega de “placas” como si fueran automóviles para las embarcaciones, que incluyan códigos de barra para que haya certeza de que la nave no es clonada, proyecto que quedó trunco hace dos años, pues en otras administraciones se entregaron. Por eso urge una reordenación de la actividad pesquera en Yucatán, porque el desajuste y desequilibrio social que está provocando la situación lo pone a nivel de seguridad estatal.
Por su parte, un cooperativista de Chicxulub, que pidió el anonimato, denunció que la Capitanía de Puerto otorga las matrículas para las embarcaciones, pero se hace de la vista gorda cuando se trata de los empresarios de Progreso, que por decir algo entrega permisos para 150 embarcaciones y permite que operen 600 barcos por el hecho de la clonación. Esto funciona así, explicó, tienes un permiso y rotulas el mismo nombre en varias embarcaciones, de modo que puedes salir a la mar con copia del documento y con matrícula, pero es falsa.
El ejemplo más claro pasa en Chicxulub, donde hay ocho cooperativas pesqueras y cada una tiene de 8 a 12 permisos de modo que no supera ni 100; sin embargo, hay más de 200 naves que salen a la actividad pesquera en los períodos más activos.
“Hay, además, 40 campechanos que son traídos por José Guadalupe Figueroa Pech y Gilbert Lara, quienes suelen ser quienes roban lanchas y motores, tal como pasó hace unos días con el caso de la embarcación “Aarón 1”, del propietario Miguel Herrera, de origen Tabasqueño, y que no dijo nada porque sabía que esa no tenía papeles”, dijo.
POR ESTO! publicó ayer que la nave llevaba casi 15 días desaparecida. Supuestamente partió el día 13 de abril con rumbo a Isla Pérez y nunca se le volvió a ver. Hay un misterio sobre el número de tripulantes, primero se dijo que fueron tres, otros más que cuatro y la Capitanía de Puerto de Progreso sólo tiene reportado dos, y además la nave no tenía papeles, sino que era un “clon”.
El cooperativista se quejó de los industriales pesqueros de Progreso, quienes invaden espacios de captura, pues ellos sólo tienen autorización para arriba de las 12 brazas, mientras que los ribereños de las 12 para abajo, pero eso no siempre sucede.
Y todo esto: la clonación de embarcaciones lo sabe la Capitanía de Puerto y no hace nada. Es común y todos saben los privilegios que tienen los Alonzo, Promarmex y el Chino Carrillo, por citar algunos.
Nosotros, añadió, tenemos alijos, palabrees y jimbas y ellos lanzan trampas y con ello extraen todo tipo de peces hasta los prohibidos y no son pocos, tienen de 400 a 500 trampas. Hay una brutal depredación mientras que los pescadores ribereños están en completa vigilancia. “Los industriales sueltan la lana y todo se arregla”.
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CC