El Ayuntamiento de Mérida no aprendió la lección de lo que sucedió hace dos años, cuando algunas partes de la ciudad quedaron bajo agua y varias zonas de esta capital exhibieron vulnerabilidades extremas, ahora que empieza la temporada de lluvias y huracanes no hemos visto ajustes o cambios en los planes que busquen soluciones reales y prácticas a los problemas de la gran urbe.
El arquitecto Fernando Alcocer Ávila, integrante de la Comisión Desarrollo Urbano y Obras Públicas de la Comuna, sugirió revisar con cuidado la Ley de Desarrollos Inmobiliarios, las leyes ambientales y los reglamentos municipales para establecer nuevas reglas en la construcción de viviendas en zonas altamente vulnerares a inundaciones, tal como padecieron habitantes de un fraccionamiento al Norte de la ciudad, ubicada rumbo a Progreso, gente humilde de varias comisarías y los propios peatones que tuvieron que llegar al Centro.
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En las calles del Centro Histórico el problema no se resuelve fácilmente haciendo más pozos o desazolvando rejillas, porque si haces lo mismo los resultados no cambiarán, por eso hemos visto que en estas primeras lluvias la historia se repite: son las mismas zonas y calles que se inundan siempre, afectando a los ciudadanos que tienen que usar el transporte público o quienes tienen vehículos particulares también dañan sus automóviles al caer en baches, que al estar llenos de agua no se pueden ver.
Dijo que hay parques públicos como el de Vergel o el Del Poniente, y otros más por la ciudad, que antes eran lugares de extracción o explotación de piedras, que con las lluvias causadas por huracanes o tormentas tropicales estacionarias se convirtieron en lagos inmensos e intransitables que quedaron fuera del alcance de los ciudadanos por muchos meses, incluso hasta casi un año. El de Vergel hace unas semanas que se reabrió.
No hemos visto, dijo el regidor, un plan para que elevar los niveles de las veredas y senderos de estos parques, cuya agua está casi a ras del suelo por donde caminan las personas, y que con una lluvia fácilmente rebasaría el límite y de nuevo se volverían a inundar.
POR ESTO! visitó en el transcurso de la semana varios sitios vulnerables a las inundaciones, entre ellos las comisarías de Progreso que están en camino a Mérida, como Paraíso, Flamboyanes, Xcunyá, y recientemente San Ignacio, donde la población guarda tristes recuerdos de lo sucedido hace dos años. No han visto muchos cambios.
Por ejemplo, en Paraíso, la calle que con la lluvia intensa llegó a 50 centímetros de agua aún sigue igual, sin pavimentar. La única que ha mejorado es la de San Ignacio, cuya calle, la No. 1, ya fue pavimentada. En Xcunyá, comisaría de Mérida, sólo se arregló la calle, y son los habitantes los que están rellenado con escombros sus patrios y frentes de casa para evitar pasar apuros como en el 2020.
Desde la perspectiva de Alcocer Ávila, los desarrolladores siguen apegándose a las leyes que los rigen y construyendo en zonas que son vulnerables, haciendo drenajes que con las lluvias el manto acuífero sube y se vuelven a saturar de agua, por eso en muchas casas hasta de las alcantarillas y rejillas salía el agua.
Cabe recordar que POR ESTO! publicó en ese momento que investigadores de la UADY había advertido que los sistemas constructivos no eran los mejores, que en algunas casas del Norte el calor y la humedad eran peor en el interior de los predios que afuera.
Se deberían contratar a ingenieros hidrólogos para hacer estudios antes de levantar un fraccionamiento para mejorar las condiciones de vida de los futuros habitantes. Pero esto debe estar regido por las leyes, pues por sí mismos los desarrolladores sólo se apegarán a los reglamentos y por ahora no hay recomendaciones que vayan en ese sentido, expuso Alcocer Ávila.
El arquitecto dijo que la ciudad crece aceleradamente y parece que la autoridad municipal no aprendió del problema de inundación de hace dos años y si sigue haciendo lo mismo cosechará lo mismo. Por ejemplo, expuso que la Glorieta de la Paz, o paso deprimido para otros, quedó inundado y para resolverlo sólo se subió 1.5 metros de altura, y ¿Qué pasará si se vuelve a inundar?, ¿será que le tendrá que subir aún más al nivel? Eso sería sólo un remedio, se debe pensar en algo mucho mayor, de largo alcance.
El nivel del manto freático no ha bajado como se esperaba y eso podría traer complicaciones.
Apelamos a la autoridad para que abra una mesa de análisis y estudio de este problema, porque en realidad hay expertos en la materia que se deben consultar para mejorar las condiciones de la ciudad y la calidad de vida de los habitantes.
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CC