En redes sociales se ha dado a conocer que una joven de 19 años fue agredida por un sujeto en un complejo de departamentos ubicado en el kilómetro 25.7 de la carretera Progreso-Telchac.
Se dice que el hecho ocurrió el jueves pasado, cuando el individuo atacó a la joven mientras esta hablaba por teléfono en la playa, al parecer con la intención de violarla o secuestrarla, pero ella logró soltarse y ponerse a salvo.
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Lo extraño del asunto es que el complejo es cerrado, así que para ingresar se tiene que hacer a través de una caseta de seguridad en la que hay que mostrar identificación e incluso utilizan un código QR, entre otros requerimientos. El otro acceso es por la playa, que es donde alguna persona extraña podría entrar al sitio, como fue en este caso.
En su cuenta de redes sociales, Nataly, madre de la joven, expresó su molestia y la del resto de la familia, pues dicen que aunque este tipo cosas pueden pasar en cualquier parte, les parece increíble que ocurra en un complejo de playa donde pagan altas cuotas por el mantenimiento y la seguridad.
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Afirman que su enojo es porque falta más seguridad en el sitio; además, las lámparas instaladas en el área de la piscina y la playa, donde sucedió el hecho, no estaban encendidas, ya que, de lo contrario, se hubiera alertado de la presencia de un extraño en el lugar.
La joven estudiante de medicina hablaba por teléfono con una amiga, en la zona donde está la piscina, un canal de lado y un arriate, después sigue el camino de arena que conduce a la playa.
De acuerdo con el testimonio de la joven, caminaba mientras usaba el teléfono, cuando en un momento dado, giró hacia el complejo y quedó de espaldas a la playa, momento que el agresor aprovechó para sujetarla del brazo derecho y tratar de llevársela.
Según la muchacha, por instinto logró zafarse del individuo con un codazo, con la linterna del celular cegó al hombre y corrió. En el forcejeo, la joven resultó con arañazos en los brazos y unas pequeñas cortadas, pero no pudo ver con qué fue el corte y si el hombre llevaba un arma punzocortante en las manos.
La estudiante corrió hasta llegar al departamento que ocupa con su familia y del que son dueños desde hace 15 años, narró lo que había ocurrido. Luego salió del departamento para buscar un guardia de seguridad, pero no encontró a nadie.
Llamó a la caseta de la entrada, contó lo que pasó y pidió que enviaran un vigilante, pero que este nunca llegó, salió de nuevo para tratar de ir en busca del agresor, pensando que tal vez se había escondido en el complejo. Cuando se dirigía al área de las piscinas se percató que las luces estaban apagadas.
El sitio cuenta con dos palapas que normalmente están iluminadas, lo que deja claro el resto del área y hay otras dos en la zona de playa, que luego vio que también estaban apagadas.
Hasta que llegó al área de piscinas encontró a un guardia de seguridad, a quien le cuestionó lo de la iluminación. La respuesta que recibió fue que el administrador les ha dicho que cuando haya poca gente en el complejo se apaguen las luces.
La joven considera que no es posible que en un complejo, que se anuncia como de lujo, no se enciendan las luminarias todos los días, sobre todo porque sin importar cuánta gente hay en el sitio, pagan sus cuotas de mantenimiento y tienen el derecho de que todo se mantenga limpio y seguro.
Además, indica que el complejo ha crecido y la seguridad resulta insuficiente, pues, aunque hay un control de acceso por la zona de la carretera, la vigilancia en la zona de la playa es nula y si las luces están apagadas es un riesgo para todos.
La madre de la joven afectada cuenta que cuando habló con la administración sobre el hecho, la sugerencia que le hicieron fue que acudiera a poner la denuncia a Progreso, lo cual no hizo, porque siente que será inútil, ya que en ningún momento su hija pudo ver el rostro del agresor.
Junto con la exigencia de mayor seguridad en el complejo y de servicios que realmente cubran las necesidades de los socios, la mujer alerta a las familias que este verano planean ir a la playa para que no se confíen, puesto que la situación no es la misma que años atrás, “hay gente enferma que está buscando la oportunidad de hacer daño”, destacó.
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CC